El gobernador Henry Gutiérrez aseguró que una oposición sana fortalece la gestión pública y defendió las inversiones estratégicas de su administración.
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La política caldense abrió un nuevo capítulo tras la decisión del Partido Nuevo Liberalismo de pasar formalmente a la oposición frente al gobierno departamental de Henry Gutiérrez. La determinación fue presentada ante el Consejo Nacional Electoral y se sustenta en la Ley 1909 de 2018, conocida como Estatuto de la Oposición.
El diputado de la Asamblea de Caldas, Luis Alberto Giraldo Fernández, se convirtió en la voz más visible de esta decisión, acompañado por la dirigencia departamental de su colectividad. El movimiento pasó de mantener una postura de independencia a declararse partido de oposición, luego de la autorización oficial otorgada por la Dirección Nacional, en cabeza de Juan Manuel Galán.
Según el diputado, el paso responde a un compromiso con la democracia regional. La oposición no es un tema personal. Es un derecho y un deber democrático para garantizar el equilibrio de poderes, la transparencia en el uso de los recursos públicos y la voz de quienes no se sienten representados por el actual gobierno, afirmó.
Dentro de los argumentos expuestos se destacan tres ejes principales: la falta de avances en la infraestructura vial, un endeudamiento que consideran innecesario y un bajo compromiso con el desarrollo económico y productivo. Giraldo señaló que el rezago histórico en las vías secundarias y terciarias impacta directamente la competitividad, encarece la producción agrícola e industrial y limita el acceso a servicios básicos.
En materia financiera, cuestionó las operaciones de crédito que, a su juicio, duplican fuentes de financiación ya aseguradas mediante vigencias futuras. Comprometer el futuro fiscal del departamento sin necesidad afecta la sostenibilidad de las finanzas públicas, sostuvo el dirigente.
El tercer punto apunta al modelo de desarrollo económico. El Nuevo Liberalismo considera insuficientes los recursos destinados a la agroindustria, el turismo y la ciencia y tecnología. En su visión, el bajo respaldo al sector agropecuario impide mejorar la productividad y las condiciones de vida de miles de familias campesinas.
La colectividad, sin embargo, matizó su decisión: se declara en oposición respetuosa, pero firme y constructiva. Giraldo enfatizó que respaldará los proyectos que resulten positivos para Caldas, pero criticará aquellos que considere inconvenientes. Mi lealtad es con la gente, no con los intereses particulares, puntualizó.
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Reacción del Gobernador
El gobernador Henry Gutiérrez respondió con un tono conciliador. Reconoció la decisión del diputado Giraldo, pero defendió los avances de su administración. Recordó que el anuncio se produjo en Marquetalia, tierra natal del dirigente opositor, donde la Gobernación anunció inversiones por casi 4.000 millones de pesos en salud, vías y atención social.
Gutiérrez sostuvo que una oposición bien llevada puede fortalecer la gestión pública. Una oposición sana nos alimenta y hace que mis secretarios estén más pendientes, más pilosos y que no metamos las patas, señaló, subrayando que no todos los planteamientos deben coincidir, pero que la discusión técnica es bienvenida.
Uno de los puntos de mayor controversia ha sido la destinación de 40.000 millones de pesos a la vía Norcasia–La Dorada. Mientras el diputado cuestiona la pertinencia de concentrar recursos en un solo proyecto, el gobernador insiste en que no se trata de una doble financiación y que la obra responde a prioridades estratégicas de conectividad.
Gutiérrez defendió la decisión explicando que esas inversiones no podrían fragmentarse sin perder impacto. Mencionó que otras vías, como las de acceso a Villamaría, el sector del Nevado o la conexión con Pacífico 3, ya cuentan con recursos o están en ejecución. Por ello, aseguró, la apuesta por la vía Norcasia–La Dorada es coherente con la planeación departamental.
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El derecho a la oposición
El respaldo de la Dirección Nacional del Nuevo Liberalismo da un peso adicional a esta declaratoria. Mediante una directiva, el partido instruyó a su Comité Coordinador en Caldas a formalizar la oposición y registrarla ante el Consejo Nacional Electoral. De esta manera, la colectividad se inscribe en el marco legal que garantiza derechos a la oposición, como el acceso a información y la participación en debates de control político.
El episodio marca un reacomodo en la política caldense, pues redefine las relaciones de poder en la Asamblea y obliga al gobierno departamental a gestionar con mayor apertura los proyectos estratégicos. Al mismo tiempo, plantea un escenario en el que las diferencias sobre la orientación del gasto público y el modelo de desarrollo serán el centro de los próximos debates.
En conclusión, la declaración de oposición del Nuevo Liberalismo no solo es un movimiento táctico en el ajedrez político local, sino también un ejercicio que pondrá a prueba la madurez democrática de Caldas: un pulso entre las prioridades del gobierno y las exigencias de quienes reclaman un modelo más equilibrado, sostenible y participativo.