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¡Malditos penales!

Por ESTEBAN JARAMILLO OSORIO.

Imposible cerrar los ojos y dormir con placidez, cuando se repasa, una a una, las opciones de gol perdidas por el Once Caldas, que luego lo lanzaron al abismo en los penales en la Sudamericana.

Mateo Zuleta y la suya cuando comenzaba el partido. La pelota en el pecho del portero apagó el ruido de la tribuna.

Luego, las cuatro de Dayro: de espaldas al arco, de barrida en el area, solo en la frontal y en mano a mano con el portero.

También fallaron Barrios por partida doble y Mejía, con un disparo a distancia y a las nubes.

La eliminación no se explica por los lanzamientos desde los 12 pasos. Fue durante el juego por falta de casta, de grandeza, de madurez. Por los desaciertos en los libretos técnicos, desdibujados.

Por mirar por encima del hombro al rival, sin medir los alcances de sus habilidades. Por los goles perdidos por Beltrán en el partido anterior y por los errores defensivos.

La caída fue súbita, inesperada, dolorosa. El estadio bramó con apoyo decidido pero su decepción fue profunda, la fidelidad del hincha se quedó sin recompensa.

Se confirmó lo advertido. El error al transferir a Juan Patiño, la dependencia de Dayro, las inconsistencias técnicas, las improvisaciones, y la falta de experiencia y madurez internacional. Pero eso se agotó la gasolina, con castigo al triunfalismo

El blanco dejó huella en las estadísticas, en las victorias, con los registros de Dayro y la etiqueta del mejor del torneo hasta su caída, cuando se apagó la luz.

Columna de opinión

Las opiniones expresadas en las columnas de opinión son de exclusiva responsabilidad de su respectivo autor y no representan la opinión editorial de La Veintitrés.

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