La obra de Simón Mesa Soto se convierte en una de las producciones más celebradas del cine latinoamericano reciente, con reconocimientos en San Sebastián y Cannes.
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El cine colombiano vive un momento histórico con Un Poeta, la más reciente película de Simón Mesa Soto, que acaba de obtener el premio Horizontes Latinos en el Festival de San Sebastián 2025. El galardón representa un hito para la cinematografía nacional al ser la primera vez que una producción colombiana se alza con este reconocimiento.
La película ya había dejado huella meses atrás en el Festival de Cannes, donde fue distinguida con el premio especial del jurado en la sección Una cierta mirada. La doble victoria consolida a Un Poeta como una de las obras más aplaudidas del panorama internacional en este año.
La historia se centra en Óscar Restrepo, un escritor marcado por la frustración y el desgaste personal, que encuentra en una joven apasionada por la literatura la chispa para reconectarse con la poesía. Esa relación, llena de contrastes, abre un camino de redescubrimiento creativo y emocional.
Más allá de la trama, la película profundiza en las tensiones entre los sueños y las limitaciones cotidianas, los desencantos de la vida urbana y la fragilidad del mundo literario. Lo hace con un tono que combina la ironía y la melancolía, mostrando cómo la creación artística puede surgir incluso en medio de la precariedad.
Mesa Soto apostó por rodar en Medellín, su ciudad natal, con una mirada íntima y cercana. La cámara se detiene en espacios cotidianos y en gestos mínimos para dar vida a un relato visceral, cargado de humanidad y autenticidad.
Los premios obtenidos no solo consolidan la trayectoria del director, sino que también proyectan al cine colombiano a un lugar de mayor visibilidad en la escena global. En festivales donde suelen dominar producciones de países con mayor industria, el reconocimiento a Un Poeta marca un precedente.
La cinta, además de su éxito crítico, despierta una reflexión sobre el rol del arte en tiempos de incertidumbre. La poesía, presentada como refugio y resistencia, se convierte en el motor que impulsa a sus personajes y conecta con el público en distintos lugares del mundo.
Con esta recepción internacional, Un Poeta no solo se erige como un logro individual, sino como un símbolo del potencial creativo de una generación de cineastas colombianos que está redefiniendo el lugar del país en el mapa cinematográfico.