Gaza: los palestinos emprenden el regreso a sus hogares destruidos tras el alto el fuego mientras la ONU urge la entrega de ayuda humanitaria

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Niños palestinos entre los escombros de las casas destruidas en el campo de Yabalia, al norte de Gaza. Foto: Noticias ONU.

Miles de palestinos emprendieron este viernes un doloroso regreso a lo que queda de sus hogares en el norte de la Franja de Gaza, luego de la entrada en vigor del alto el fuego. En medio de la devastación, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) urgió a todas las partes a garantizar la entrega inmediata de ayuda humanitaria, ante el riesgo de un aumento drástico de la mortalidad infantil.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) reveló que más de 64.000 niños han muerto o resultado heridos durante los ataques del ejército israelí y advirtió que uno de cada cuatro sobrevivientes presenta lesiones que podrían alterarles la vida para siempre. En conferencia de prensa desde Ginebra, el portavoz del organismo, Ricardo Pires, señaló que el alto el fuego “traería la esperanza de que la matanza y la mutilación de niños finalmente cesaran”, pero subrayó que su éxito dependerá de que sea implementado y respetado.

Pires recalcó que la tregua debe ser más que una declaración y convertirse en una oportunidad para proteger la vida de los menores y aliviar el sufrimiento de toda la población gazatí. Alertó que la falta prolongada de alimentos y atención médica amenaza con elevar la mortalidad infantil, especialmente entre recién nacidos y lactantes, cuyos sistemas inmunitarios están más vulnerables que nunca. También advirtió que la llegada del invierno podría ser letal para muchos niños sin refugio ni abrigo adecuados, recordando que varios recién nacidos fallecieron por hipotermia el año pasado.

UNICEF se ha estado preparando desde julio para distribuir ropa de invierno y un millón de mantas, además de equipos de asistencia como sillas de ruedas y muletas para miles de niños heridos. El organismo también planea apoyar la restauración del suministro de agua, saneamiento y manejo de residuos sólidos, y afirma tener la capacidad de mejorar rápidamente el estado nutricional de unos 50.000 menores de cinco años en alto riesgo, así como de 60.000 madres embarazadas y lactantes.

Necesitamos inundar Gaza con suministros nutricionales y médicos. Un verdadero alto el fuego debe ser sostenible y tener los derechos de la infancia como eje central. Esto implica abrir todos los cruces fronterizos y garantizar que las necesidades básicas para la supervivencia lleguen a todos los niños, de norte a sur”, declaró el portavoz, quien insistió en que la ayuda humanitaria debe ser solo el comienzo. Los niños, añadió, necesitan que las escuelas vuelvan a abrir y que existan espacios para jugar y recuperarse de un trauma inimaginable.

Mientras tanto, sobre la carretera costera Al-Rashid, largas filas de automóviles, carros y peatones avanzaban hacia el norte de la Franja. Familias enteras cargaban pertenencias, colchones y utensilios, con la esperanza de reencontrarse con algún vestigio de sus hogares. “Soy de Jabalia, en el norte. Nuestra casa fue destruida hace dos años, al comienzo de la guerra. Vivíamos en un aula en la ciudad de Gaza durante un año y siete meses, y ahora regresamos a ella”, contó Sundus Dabbash, una mujer desplazada.

Saber Al-Attar, proveniente de Beit Lahiya, expresó su deseo de que este retorno sea definitivo: “Esperamos que esta guerra haya terminado para siempre y que todos puedan regresar a sus hogares con seguridad. Esa es nuestra esperanza, rezamos a Dios por ello”. A la orilla de la carretera, Umm Mahmoud, con voz cansada, dijo que su familia volverá a revisar lo que queda de su vivienda: “Nuestra situación es muy difícil. No sabemos dónde nos quedaremos después”.

Desde Ammán, Jordania, la portavoz de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Juliette Touma, informó que el organismo tiene listos suministros vitales en Jordania y Egipto suficientes para llenar 6.000 camiones con destino a Gaza, aunque lamentó que no se haya logrado aún la autorización para su ingreso. Subrayó que sería “extremadamente difícil, si no imposible, imaginar una respuesta humanitaria del nivel requerido en Gaza sin la UNRWA”, y recordó que esta agencia cuenta con unos 12.000 empleados en la Franja y con la confianza de la comunidad local.

Touma destacó además la necesidad de restablecer la educación para los 660.000 niños gazatíes que llevan dos años sin escolarizar, la mitad de los cuales eran estudiantes de las escuelas de la UNRWA antes de la guerra. Recalcó que la educación es esencial no solo para superar el trauma y recuperar parte de la infancia perdida, sino también para construir un futuro viable en un territorio devastado por el conflicto. “Cuando la paz regrese, estos niños serán fundamentales para reconstruir Gaza”, afirmó.

La ONU reiteró que todas sus agencias están listas para ingresar la ayuda humanitaria tan pronto como se abran los pasos fronterizos y recordó que cada día de retraso puede costar más vidas. El alto el fuego, insistió UNICEF, debe transformarse en un compromiso sostenido con la protección de la niñez y con el derecho de las familias palestinas a vivir con dignidad y esperanza.

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