En Bogotá, la influencer Alejandra Esquín, conocida como Baby Demoni, de 28 años y con más de un millón de seguidores en plataformas digitales, murió ocho días después de someterse a una liposucción. Fue hallada inconsciente frente a su apartamento en el barrio Casa Blanca, localidad de Kennedy, y recibió atención en la Clínica Roma. La muerte fue confirmada el 15 de octubre de 2025, tras un hallazgo registrado el 14 de octubre, en un caso que también incluía dos paros cardiovasculares durante la intervención y una bomba de dolor postoperatoria que, aparentemente, no funcionaba.
El entorno de la fallecida se ve envuelto en versiones contradictorias y un fuerte interés público. Entre las voces que rodean el caso figuran Miguel Ángel López, conocido como Samor One, quien habría afirmado que la influencer se autolesionó tras una discusión de pareja; Alexis Parra, amigo cercano, quien mencionó que Esquín había atravesado violencia y aislamiento; y ChinchePB, creador de contenido en TikTok, que afirmó en una transmisión en vivo que la liposucción ocurrió poco antes de morir y que la bomba de dolor no funcionaba. También se menciona a Yina Calderón, otra figura influyente vinculada al mismo universo, que forma parte de las conversaciones en torno al fenómeno de Baby Demoni. Estas declaraciones y versiones provienen de fuentes cercanas y de transmisiones y entrevistas en medios como Testigo Directo y otras plataformas, y alimentan el debate sobre las circunstancias de su deceso.
La versión médica y las dudas en el entorno de Baby Demoni
El cirujano Ricardo Urazán, entrevistado por Testigo Directo, desestimó la hipótesis de suicidio y sostuvo que, dados ocho días desde la intervención, el estado físico de la paciente haría improbable una decisión de ese tipo; explicó que la prótesis se coloca detrás del músculo y que, por ello, los movimientos de los brazos serían limitados durante la fase posterior a la operación. Durante el desarrollo de la intervención se habrían registrado dos paros cardiovasculares y, según las voces del equipo médico, la bomba de dolor postoperatoria no habría funcionado adecuadamente, lo que complica aún más la lectura de lo ocurrido y mantiene abiertas las dudas sobre el desenlace final.
«El dolor no la hubiera dejado» – Dr. Ricardo Urazán, Cirujano
«Es muy difícil. Yo no lo creo posible porque la paciente, como le dije anteriormente: la prótesis se coloca detrás del músculo, del pectoral. Entonces, uno rompe el músculo y coloca la prótesis detrás y después lo sutura. Máximo puede levantar los brazos así; más de ahí le queda muy difícil y mínimo, por ahí, por unos quince días» – Dr. Ricardo Urazán, Cirujano
«Desde mi opinión científica, es muy complicado que ella pudiera levantar los brazos para coger un lazo, o sea, para apretarse. No veo cómo es posible. No sé si ella era tan fuerte que lo pudo haber hecho, pero no creo. Es que el dolor no lo hubiera dejado» – Dr. Ricardo Urazán, Cirujano
La cobertura de este caso alcanza no solo al ámbito médico sino también al mundo del entretenimiento urbano y a la comunidad digital que seguía su trayectoria. Los datos señalan que Baby Demoni era una figura destacada en el hip hop capitalino, con presencia masiva en redes, y que la noticia llega en un momento en que las discusiones sobre cirugías estéticas entre figuras públicas se han intensificado. Aunque el hallazgo ocurrió el 14 de octubre de 2025 y la defunción se confirmó un día después, el 15 de octubre de 2025, la investigación continúa para esclarecer las circunstancias que rodearon su muerte y para esclarecer las distintas versiones que circulan entre familiares, amigos y creadores de contenido.














 
															 
															 
															 
															 
															

