Desde Manizales, La Veintitrés cubre un hallazgo que sitúa a Tenjo, en la serranía de Juaica, como escenario de una novedad botánica de alto impacto: Epidendrum juaicaense, una nueva especie de orquídea que se encuentra en peligro de extinción y que fue descrita y publicada en Icones Orchidacearum en 2025, resultado del trabajo del biólogo Luis Piña, director científico de la Fundación Forest of Orchids, junto a María Luisa Hincapié, cofundadora de la misma entidad. El descubrimiento aporta una pieza clave al mosaico de la biodiversidad andina colombiana y subraya la responsabilidad de conservar los bosques nativos de Cundinamarca.
El hallazgo, obra del doctor Piña, se enmarca en una trayectoria reciente de descubrimientos ilustres en Colombia. En menos de una década se han registrado tres nuevos taxones de orquídeas: Epidendrum juaicaense, en Tenjo, 2025; Maxillaria maria-luisae, descrita en 2017; y Pleurothallis mahechae, descrita en 2022 junto a Mark Wilson en Harvard Papers in Botany. A estas incorporaciones se suman, en 2023, ocho nuevas especies endémicas identificadas en los Farallones de Cali, y una iniciativa de la alianza entre Parques Nacionales y 4-72 que dio lugar a una edición de 20.000 estampillas con imágenes de estas orquídeas. En el mismo espacio, se ha informado de que en el Farallones de Cali ya se han identificado más de 1.310 especies de fauna y flora, lo que refuerza la idea de que la región central y occidental de Colombia es un laboratorio natural de gran riqueza para la conservación y la ciencia.
Conservación y reconocimiento de la biodiversidad regional
La diagnosis de Epidendrum juaicaense describe una planta con pétalos verdes y púrpuras, adaptados a los microclimas de los ecosistemas andinos donde se desarrolla, una característica que subraya la necesidad de acciones de conservación específicas para la serranía de Juaica. En este marco, la Fundación Forest of Orchids invita a la sociedad a involucrarse mediante Bonos Padrinos del Bosque y a participar en tours de turismo regenerativo, esfuerzos que buscan combinar investigación, educación ambiental y desarrollo comunitario. Las comunidades locales, por su parte, reconocen su papel crucial en la protección del patrimonio natural de la región y se convierten en aliadas fundamentales para la conservación de estas especies.
«pone de relieve el valor incalculable de los bosques nativos de Cundinamarca y la necesidad de actuar colectivamente para protegerlos» – Luis Piña, director científico de la Fundación Forest of Orchids
«La biodiversidad de Colombia es un testimonio de la fragilidad, belleza y fortaleza de nuestros ecosistemas. Nombrar estas especies en honor a mujeres poderosas es un legado hacia el futuro y una invitación a reconciliarnos con nuestro potencial humano basado en la biodiversidad» – Susana Muhamad, exministra de Ambiente
Este descubrimiento refuerza la posición de Cundinamarca como centro de biodiversidad andina y subraya la urgencia de conservar bosques nativos ante amenazas como la deforestación y el cambio climático. Con ello se esperan mayores esfuerzos en programas de restauración y turismo regenerativo, así como una intensificación de la educación ambiental y la participación ciudadana, elementos que podrían definir una nueva era de conservación colaborativa en la región y en el país.
















