El Pico y Placa en Bogotá se aplica de lunes a viernes entre las 6:00 y las 21:00, con domingos y días festivos sin restricción para los vehículos particulares, y la implementación depende de la terminación de la placa y del tipo de vehículo, además de contemplar exenciones y dos modalidades, Pico y Placa Solidario y Pico y Placa Regional, pensadas para flexibilizar la movilidad sin perder el objetivo de disminuir la congestión y la contaminación en la ciudad.
La Secretaría de Movilidad de Bogotá, en una guía publicada el 29 de octubre, detalla el horario habitual de restricción para vehículos particulares y recuerda que la modalidad Regional se aplica en los nueve corredores de ingreso a la ciudad, así como en días de cierre de puentes festivos. La historia de esta norma se remonta a 1998, cuando se implantó por primera vez con el fin de reducir la circulación vehicular y la contaminación, y hoy la normativa vigente incorpora una multa de 522.900 pesos colombianos (en 2023) y la posibilidad de inmovilización del vehículo por la infracción C.14, además de reglas específicas para taxis y servicios especiales y restricciones para la carga.
Detalles operativos y corredores Regionales
La implementación mantiene que la restricción para vehículos particulares es de 6:00 a 21:00 de lunes a viernes, mientras que los domingos y festivos no aplica para este tipo de automotores. En cuanto a la movilidad, existen grupos de restricción para taxis y servicios especiales y un marco de control para la carga; para acogerse a exenciones, los conductores deben registrar previamente su situación ante la Secretaría de Movilidad. En cuanto a las modalidades, el Pico y Placa Solidario permite obtener permisos para circular libremente durante días, semanas o meses a cambio de un aporte económico destinado al Sistema Integrado de Transporte Público, y el Pico y Placa Regional se aplica en nueve corredores de ingreso a la ciudad, que incluyen Autopista Norte desde el peaje Andes hasta portal Norte; Autopista Sur, desde el límite municipal de Soacha hasta la avenida Boyacá; la Avenida Centenario (calle 13) desde el río Bogotá hasta la avenida Ciudad de Cali; la Avenida Calle 80 desde el puente Guadua hasta el portal 80; la Avenida Carrera 7 desde la calle 245 hasta la calle 183; la Avenida Boyacá vía al Llano, con el túnel Argelino Durán Quintero hasta la antigua vía al Llano; la Vía Suba Cota desde el río Bogotá hasta la avenida calle 170; la Vía la Calera desde el peaje Patios hasta la avenida Carrera 7 y la Vía a Choachí, de la vía a Monserrate hasta la avenida circunvalar.
Además, el régimen detalla que los vehículos de carga no pueden transitar en las horas de prohibición y, cuando corresponde, solo pueden hacerlo los sábados, sujetos a su peso y antigüedad. Entre las exenciones se destacan vehículos eléctricos, híbridos y de cero emisiones, motocicletas, servicios diplomáticos, funerarias, de emergencia y seguridad, transporte de personas en condición de discapacidad, control de tráfico y grúas, medios de comunicación y autoridades judiciales, así como transporte escolar, enseñanza automovilística y la ocupación de tres o más personas desde el inicio hasta el fin del viaje. Los conductores deben registrar estas exenciones con anticipación ante la Secretaría de Movilidad para que surtan efecto, y la normativa señala que la finalidad es reducir la circulación, el tráfico y la contaminación ambiental, manteniendo disponibles opciones para quienes requieren movilidad con apoyo a través de las modalidades Solidario y Regional.
La figura de Pico y Placa Regional concentra sus efectos en nueve corredores de ingreso a Bogotá y se activa, además, en el último día de todos los puentes festivos para gestionar de forma más eficiente el flujo de automotores en momentos de alta demanda. Con estas reglas, la capital busca disminuir la congestión y la contaminación, al tiempo que ofrece mecanismos como el Pico y Placa Solidario para financiar mejoras al transporte público y facilitar movimientos necesarios mediante permisos temporales o permanentes según el aporte económico acordado.
Desde La Veintitrés Manizales seguimos con atención la evolución de estas normas para informar a los lectores del Eje Cafetero sobre su impacto en Bogotá y qué lecciones o similitudes pueden observarse con la gestión de la movilidad en ciudades de tamaño comparable, con miras a comprender mejor las herramientas de planificación del transporte urbano en Colombia.
















