Un temblor de magnitud 3.9 fue registrado a las 09:22 (hora local) del 30 de octubre en la municipalidad de Zapatoca, Santander, según la información preliminar del Servicio Geológico Colombiano (SGC). El sismo quedó registrado con una latitud de 6.791438103 y una longitud de -73.22028351, a una profundidad de 142 kilómetros.
La situación convoca atención en una región marcada por una alta actividad sísmica. Colombia se ubica en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una franja geológica que concentra una gran parte de la actividad sísmica y volcánica mundial; se estima que aproximadamente el 75% de los volcanes y el 80% de los temblores más fuertes ocurren allí. En Santander, uno de los departamentos con mayor actividad sísmica del país, se halla Los Santos, señalado como una de las zonas sísmicas de mayor intensidad a nivel mundial. Estas referencias ayudan a entender que incluso un sismo moderado como el de Zapatoca forma parte de un paisaje sísmico activo y persistente en la región.
Historia sísmica y contexto regional
A lo largo de la historia, la región ha sido escenario de sismos que han marcado la memoria colectiva. En 1868, los movimientos entre Ecuador y Colombia se registraron con magnitudes de 6.3 y 6.7, dejando un saldo de víctimas y daños significativos. El Terremoto de Cúcuta de 1875, conocido como los Andes, osciló entre 7.5 y 8.5 en magnitud y dejó 461 cuerpos encontrados en el país, con afectaciones también en Venezuela. El sismo y tsunami de 1906 alcanzó magnitud 8.8 y dejó aproximadamente 1,500 fallecidos, con olas de hasta cinco metros en Tumaco. En 1994, Páez sufrió un sismo de 6.4 que dejó cerca de 800 muertos. Y, ya entrada la década de 1990, el Eje Cafetero de 1999, con magnitud 6.2, dejó más de 1,000 víctimas, unas 8,000 fincas cafeteras destruidas, alrededor de 13,000 estructuras afectadas, unos 4,000 heridos y cerca de 500 desaparecidos. Estas cifras ilustran la historia sísmica de Colombia y la vulnerabilidad que ha motivado inversiones en monitoreo y planificación de riesgos.
Con la información preliminar proporcionada por el SGC, las autoridades continúan vigilando la evolución de estos hechos y reiteran que los datos pueden variar a medida que se consoliden nuevos registros. En Zapatoca y en Santander, las comunidades están acostumbradas a vivir con la posibilidad de réplicas y cambios en la magnitud reportada, por lo que las autoridades mantienen la vigilancia y las estrategias de respuesta ante emergencias.
















