Precandidato Abelardo de la Espriella propone 90 decretos para retirar símbolos de crimen

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En una entrevista concedida en Cali para el programa Hablando con María Andrea, Abelardo de la Espriella, precandidato a la Presidencia, afirmó que si llega al poder retirará y, si fuera necesario, incinerará símbolos que, a su juicio, enaltecen el crimen y el terrorismo. Anunció un paquete de 90 decretos que serían expedidos el día de su posesión, fijada para el 7 de agosto de 2026, para retirar elementos como el sombrero de Carlos Pizarro, la sotana del cura Camilo Torres, el monumento Puerto Resistencia en Cali y referencias a Pablo Escobar.

Las declaraciones, registradas en la entrevista, subrayan un eje claro de la campaña en torno a la memoria histórica y la simbología de los grupos armados. En ese marco, el sombrero de Carlos Pizarro fue exhibido en la Casa de Nariño y declarado Patrimonio Cultural de la Nación, un hecho que provocó cuestionamientos y reacciones en redes por parte del precandidato, quien cuestiona la exaltación de símbolos vinculados a guerrilleros y exige una revisión de la memoria que, a su juicio, perpetúa la violencia. De la Espriella señaló que en Puerto Resistencia y en el barrio Siloé de Cali hay símbolos que, según su criterio, deben ser removidos, y dejó en alto la promesa de una acción rápida una vez asuma la Presidencia.

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El marco de estas declaraciones se sustenta en la exhibición del sombrero de Carlos Pizarro y su posterior reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Nación, un episodio que sirvió para encender la polémica sobre la memoria histórica y la forma en que ciertos símbolos son utilizados en la disputa política. De la Espriella, quien ha utilizado redes sociales para cuestionar lo que considera la exaltación de símbolos ligados a grupos guerrilleros, ratificó su intención de actuar mediante una batería de decretos y acciones que, en su entender, desincentiven la glorificación del crimen.

«Lo primero que te quiero decir es que vayan recogiendo la sotana del bandido del cura Torres, que recojan la sotana, el sombrero del bandido de Pizarro y que recojan toda esa simbología que enaltece el crimen y el terrorismo (…) Como no las escondan, las voy a quemar. ¿De acuerdo? Ni siquiera voy a necesitar un decreto para eso. Y que hagan lo que les dé la gana» – Abelardo de la Espriella, precandidato a la Presidencia

«voy a acabar con el símbolo ese en Puerto rellena, en Cali, que es una oda al terrorismo, lo que hoy llaman Puerto Libertad» – Abelardo de la Espriella, precandidato a la Presidencia

«Dos de esos decretos, de los noventa decretos que voy a expedir, que no te puedo decir exactamente sobre qué tratan, porque hace parte de la sorpresita que le tengo a los bandidos, ese mismo día de la posesión» – Abelardo de la Espriella, precandidato a la Presidencia

«Van a dejarle claro a los criminales, incluyendo a Petro y, y su horda de desadaptados, que yo he venido a enfrentar, a derrotar y a castigar con la espada de la justicia a los enemigos de la república, y que he venido a abrazar y a proteger con el alma a toda persona que se levanta todos los días a trabajar para llevar el pan a su mesa» – Abelardo de la Espriella, precandidato a la Presidencia

«Colombia vive sus horas más oscuras y el jefe de la mafia irriga tinieblas» – Abelardo de la Espriella, precandidato a la Presidencia

Este conjunto de declaraciones se produce en un momento de intensa discusión pública sobre la memoria histórica, la simbología asociada a grupos armados y las implicaciones políticas de retirar o desmonetizar ciertos símbolos. El equipo de campaña de De la Espriella sostiene que la memoria debe ser manejada con responsabilidad y que la representación de esos elementos debe servir para evitar que se glorifique la violencia, mientras que analistas y opositores advierten sobre el riesgo de convertir estas promesas en un terreno de choque institucional sin aún haberse definido un marco legal claro. Según la fuente de las declaraciones, la entrevista en Hablando con María Andrea y la respuesta social que ha generado, anunciada de manera contundente, podría traducirse en un eje central de la conversación pública de cara a la contienda electoral y a la reacción de sectores que defienden la libertad de memoria y la preservación del patrimonio cultural frente a intentos de censura o reconfiguración simbólica.

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