Cuando te digan que no lo hagas, cuando crean que estás equivocado, cuando te repitan una y otra vez que es imposible, ¡Siempre cree y da lo mejor de ti!
Así nació Zebër, como un proyecto al cual nuestra propia familia se oponía por el alto riesgo que implicaba que jóvenes sin ninguna experiencia en crear empresa iniciaran un emprendimiento que, aunque para muchos parece pequeño, significaba apostar sus vidas, sueños, ahorros e incluso sus carreras profesionales.
Ningún camino que elegimos es fácil, pero es más complejo aún cuando tienes la idea de emprender y te encuentras en la nada, en un espacio en blanco y negro que pareciera no tener un inicio ni un final; sin embargo, las ganas y el deseo de avanzar nunca te detienen y al final encuentras un comienzo que le da color a ese universo a punto de emerger.
Justo de este universo en blanco y negro entendimos que para generar color era fundamental trabajar de la mano con nuestros seres queridos y así hallar aquello que nos definía como personas y emprendedores. Fue en ese momento en el que nos preguntamos ¿Qué figura representaba el blanco y negro de donde nacimos?
La ballena Willy, el oso panda, el Yin Yang, el ajedrez… Fueron algunos de muchos pensamientos que tuvimos, pero lamentablemente ninguno generaba identidad en nosotros, pues cuando se crea una marca o un proyecto debe reflejar en sí mismo amor y una filosofía que sea holística, aplicable y transversal a cada uno de los procesos de la empresa, es decir, un nombre tan solo es un nombre hasta que se logra internar como cultura y vida de la propia organización a la cual representa.
Después de muchos meses de discusiones y debates, vimos en la cebra esa identidad que tanto estábamos buscando. Nos encantó todo de ellas, desde sus elegantes e infinitas formas y rayas hasta su particular comportamiento natural de vivir en familia y cuidando día a día la una de la otra. Ese era nuestro deseo, crear un lugar que se convirtiera en hogar, tener un grupo de colaboradores que se sintieran en familia, compartir en medio de las diferencias un sueño en común y buscar en nuestros clientes otras cebras que se unieran a esta manada para ayudarnos a crecer y ser más fuertes.
Ahora el siguiente paso era cómo convertir a las cebras en imágenes que demostraran lo que somos, sentimos y pensamos. La palabra cebra nos parecía ruda y nosotros buscábamos letras, formas y palabras que tuvieran la delicadeza y el tacto que queríamos reflejar con nuestro equipo y clientes. Fue así que al consultar la palabra cebra en otros idiomas nos enamoramos de la traducción Zebër y sus puntos que parecían orejas juguetonas.
Es en este punto donde nuestro universo a blanco y negro se vuelve color, porque solo cuando nos unimos como familia, equipo y amigos, generamos un universo de emociones que jamás lograríamos solos. Por eso, para Zebër Cocina lo más valioso es mantener la manada unida, lo que significa que nuestros clientes se sientan felices de volver y nosotros felices de recibirlos.
El final de esta historia que apenas comienza es, sin duda, creer en que se puede alcanzar lo inalcanzable, incluso cuando las personas más cercanas son aquellas que más te pueden limitar. Sin embargo, debemos seguir el ejemplo de las cebras, a pesar de las dificultades y los depredadores que te puedan acechar, siempre encontrarás otras cebras que te acogerán, cuidarán y construirán contigo un universo lleno de vida y color.