En un cruce de mensajes que enciende el debate político, la senadora María Fernanda Cabal, precandidata presidencial del Centro Democrático, respondió a Gustavo Petro respecto al pedido del informe forense elaborado por Medicina Legal sobre la muerte de los magistrados durante la toma y retoma del Palacio de Justicia. El intercambio se difundió en la plataforma X y llega a pocos días de cumplirse cuatro décadas de aquel episodio, ocurrido en Bogotá, en medio de un intenso pulso sobre la memoria histórica, la relación entre el M-19 y Pablo Escobar y las lecturas que se hacen del periodo.
El hecho histórico, recordado los días 6 y 7 de noviembre de 1985, sigue generando controversia pública. En este marco, se alude a antecedentes judiciales relevantes como el caso de Arias Cabrales, condenado en 2011 a 35 años de prisión por desaparición forzada, condena que fue confirmada por el Tribunal Superior de Bogotá en 2014 y por la Corte Suprema de Justicia en 2019. Estos datos se citan para situar el debate en un contexto de justicia y memoria que trasciende la discusión puntual sobre el informe forense.
Debate sobre memoria histórica y responsabilidad en el Palacio de Justicia
Gustavo Petro afirmó públicamente en X su petición, citando el pedido al que remite el debate: «Muéstrame, Yesid, el informe científico de medicina forense que hizo Medicina Legal sobre la muerte de los magistrados en el Palacio. Te lo agradezco y te lo agradecerán tus lectores». Frente a ello, María Fernanda Cabal respondió con un tono contundente, advirtiendo que Petro no pretenda reescribir la historia criminal del M-19, grupo al que perteneció y que, según su lectura, fue responsable del asalto al Palacio de Justicia aquel 6 y 7 de noviembre de 1985. En su exposición enfatizó que el país no puede olvidar que los terroristas del M-19 y Pablo Escobar eran socios, una afirmación que, para la senadora, se sustenta en las declaraciones del Cnel. Plazas Vega y otras fuentes de la época.
«Muéstrame, Yesid, el informe científico de medicina forense que hizo Medicina Legal sobre la muerte de los magistrados en el Palacio. Te lo agradezco y te lo agradecerán tus lectores» – Gustavo Petro
«Petro no pretenda reescribir la historia criminal del M-19 grupo terrorista al que perteneció. Fue esa guerrilla la responsable del asalto al Palacio de Justicia ese 6 y 7 de noviembre de 1985» – María Fernanda Cabal
«si en este país hubiera justicia Petro estaría preso y no en la Casa de Nariño» – María Fernanda Cabal
«El país no puede olvidar que los terroristas del M-19 y Pablo Escobar eran socios. Escobar ponía la plata y el M las acciones como lo afirma el Cnel Plazas Vega» – María Fernanda Cabal
«El triunfo de la propaganda de la izquierda terminó llevando al General Arias Cabrales, héroe del Palacio de Justicia a la cárcel y a Petro, guerrillero del M-19 a la presidencia» – María Fernanda Cabal
«El magistrado Gaona fue un verdadero liberal, a quien la cúpula militar de ese momento consideraba un terrorista por haber tumbado la reforma constitucional de Turbay» – María Fernanda Cabal
«recibieron disparos de quienes estaban al frente. Urán quedó herido y lo sacaron herido del Palacio» – María Fernanda Cabal
«Ningún magistrado, de acuerdo al examen forense que hizo la justicia, tiene disparos provenientes de las armas que eran del M-19, que tenían marcas diferentes a las de la fuerza pública, en sus cuerpos» – María Fernanda Cabal
El contexto necesario para entender la conversación señala que el M-19 estuvo vinculado al asalto al Palacio de Justicia en 1985 y que las versiones sobre responsabilidad han convivido con debates sobre memoria histórica y las relaciones entre ese grupo y Pablo Escobar. La noticia llega en un momento en que el tema continúa apareciendo en la agenda pública, con Petro solicitando un informe forense y Cabal respondiendo desde su óptica sobre la memoria y la justicia. A este pulso se suma la referencia a procesos judiciales y condenas previas asociadas a Arias Cabrales, que alimentan la discusión sobre qué leer del pasado y qué significa, en el presente, la memoria de aquellos años oscuros.
En el cierre de esta cobertura, queda claro que la conversación no se limitó a la obtención del informe forense, sino que se posiciona como un intento de configurar narrativas sobre la historia política y criminal de Colombia. El debate, que ya se ha convertido en un hilo de la conversación pública, podría desencadenar nuevas muestras de confrontación entre líderes políticos y volver a poner sobre la mesa temas sensibles como la relación entre grupos armados y actores de poder, la memoria histórica y las controversias judiciales que, a lo largo de las décadas, han marcado la vida política del país. En La Veintitrés Manizales seguimos atentos a cómo estas palabras se traducen en hechos y en la memoria que la sociedad colombiana decide conservar o cuestionar.
















