El cantante Llane, ex integrante de Piso 21, dejó la agrupación tras doce años para emprender su carrera como solista. La revelación llega a través de una entrevista publicada en el pódcast Los hombres sí lloran, conducido por Juan Pablo Raba, donde el artista expone las razones detrás de su salida: dificultades para encajar desde antes de unirse al grupo, conflictos internos y diferencias de madurez con los demás integrantes, además de una búsqueda de crecimiento personal y una carencia espiritual que, según él, marcó su convivencia y su camino dentro de la banda.
La declaración, que ha generado gran atención en el mundo del entretenimiento, llega en un momento clave para entender la historia de Piso 21 y su evolución. Tras doce años de trayectoria conjunta, la salida de Llane abre una nueva etapa para el músico y, potencialmente, para la narrativa pública de la agrupación, que ahora enfrenta el desafío de reconfigurar su identidad frente a los fans y la industria.
La confesión de Llane: madurez, tensiones internas y la búsqueda espiritual
En la entrevista, Llane aborda su experiencia con franqueza y detalle. «Llevábamos doce años y yo siempre me sentí como un mosco en leche… porque, mira que yo vengo de un entorno familiar que, no sé, por alguna razón, siempre me ha costado mucho como encajar.» – Llane
«Llevábamos doce años y yo siempre me sentí como un mosco en leche… porque, mira que yo vengo de un entorno familiar que, no sé, por alguna razón, siempre me ha costado mucho como encajar.» – Llane
Además, el cantante añade otra imagen de la dinámica familiar: «Sí, muy fosforito. Yo vengo de una familia que tiene un fosforito, hermano, y se estallan.» – Llane. Estas palabras apuntalan la idea de una raíz personal que se percibía distinta dentro del colectivo y que, en su visión, contrastaba con la imagen que proyectaba la banda ante el público.
Describe la atmósfera dentro del grupo como «Era muy conflictivo.» y comenta que existía una brecha entre cómo era uno dentro de la casa y cómo se mostraba fuera ante la gente: «Y también era como ese tema de que eres uno de la casa pa’ adentro y de la casa pa’ afuera eres otro. Entonces, ante la gente siempre fui como bien, pero uno en la casa no era tan bien» – Llane. Estas frases dibujan una imagen de tensiones cotidianas que, según su testimonio, pesaban en el día a día de la agrupación.
El relato continúa con una anécdota que ilustra rivalidades y dinámicas afectivas dentro del círculo: «Yo me acuerdo muy bien que yo era como, por así decirlo, como el galán, era como que cada uno tenía su público, pero yo era como el de la carita, toda la cosa, pero Dim siempre se llevaba a las que yo siempre quería» – Llane. Este pasaje, cargado de humor y nostalgia, revela una lucha interna por reconocimiento y por un lugar en la atención del público, a la vez que deja entrever tensiones amorosas que, según su versión, complicaban la convivencia.
La confesión se extiende hacia un plano más profundo y espiritual. El artista sostiene que, al mirar su entorno, identificó una carencia espiritual: «En mi proceso entendí que yo tenía como una carencia espiritual. Las mujeres no… Un hombre que sea muy bonito y lo que sea, pues va bonito y todo, pero si no tiene, no tiene sustancia, hermano, next (siguiente). En mi caso, yo me di cuenta de que eso era lo que me faltaba a mí. Yo nunca tuve a Dios, nunca tuve como una conexión con eso, mis conversaciones en cuanto a eso, siempre fui una persona que en esa parte era un poco superficial… Entonces, viví ese tipo de cosas y eso dentro de un grupo y todo ese tema era difícil de manejar en mi entorno. Y un momento a otro solté eso y me di cuenta de que ya era momento de irme. Pues eso es una de las cosas dentro de lo de conflictivo» – Llane. Con estas palabras, el artista muestra una experiencia de autoconciencia y una búsqueda de sentido trascendental como motor de su decisión de emprender un camino solista.
Este relato, que entrelaza lo personal con lo profesional, acentúa el componente humano de una decisión que no se reduce a la voluntad de un individuo, sino a un proceso de crecimiento personal que, en palabras de Llane, buscaba una conexión con lo espiritual y una mayor coherencia entre su interior y su proyección artística.
El impacto de estas revelaciones podría generar nuevas dinámicas para Piso 21, al tiempo que ofrece a los seguidores una visión más íntima de las motivaciones que animan a uno de sus ex integrantes a tomar distancia para continuar su carrera. En el marco de la industria musical, este testimonio alimenta la conversación sobre madurez artística, relaciones dentro de los grupos y la importancia de la búsqueda de sentido personal en la trayectoria de los artistas.
En definitiva, la salida de Llane no solo marca el inicio de una etapa como solista, sino que también coloca sobre la mesa una reflexión sobre las fronteras entre vida pública y vida interior, y cómo estas dimensiones pueden convivir en una carrera dedicada a la música y a la interpretación. La entrevista, que se originó en el pódcast Los hombres sí lloran, con la conducción de Juan Pablo Raba, quedará registrada como un momento clave para entender el camino de un artista que eligió priorizar su crecimiento personal y su conexión espiritual por encima de la comodidad que ofrecía la permanencia en un grupo consolidado.
















