En la madrugada del 31 de octubre de 2025, la muerte de Jaime Esteban Moreno Jaramillo, un joven de 20 años y estudiante de la Universidad de los Andes, tras ser golpeado al salir de la discoteca Before Club, desató un intenso debate en Bogotá. En medio de esa discusión, la senadora Angélica Lozano propuso ampliar hasta las 5:00 a. m. el horario de la rumba en la capital, desafiando la regulación vigente que establece la salida de los locales nocturnos hasta las 3:00 a. m. por orden del Distrito. Esta iniciativa cuenta, además, con el respaldo de María del Mar Pizarro, senadora y propietaria del Before Club, quien ha afirmado que la seguridad en la ciudad se ve afectada por la escasez de opciones de movilidad y servicios de transporte en esas horas y que ha solicitado a la Alcaldía que Transmilenio opere antes de su horario habitual para facilitar la salida de asistentes y trabajadores.
La propuesta ha encendido un debate público sobre seguridad y movilidad nocturna. Lozano ha denunciado que terminar la rumba a las 3:00 a. m. no reduce los riesgos, sino que los incrementa e incentiva la ilegalidad, poniendo en peligro a quienes salen a buscar comida o transporte en la vía pública. Por su parte, otros funcionarios sostienen que el eje del problema va más allá de la hora de cierre y que la rumba está regulada actualmente hasta las 3:00 a. m. para contener la movilidad en la madrugada; señalan, además, que hay que considerar el transporte público y la coordinación con Transmilenio. Diversos líderes políticos se han sumado al debate tras el hecho, mientras la cultura y la economía nocturna de Bogotá siguen a la espera de respuestas claras sobre seguridad, horarios y la necesidad de una logística de movilidad más eficaz en la madrugada.
La seguridad nocturna y la movilidad en Bogotá, a examen
Antecedentes inmediatos revelan que la propietaria del establecimiento, María del Mar Pizarro, afirmó que la inseguridad capitalina se acrecienta ante la falta de opciones de movilidad y servicios de transporte en horas de la madrugada, y afirmó haber hecho gestiones ante la Alcaldía para que Transmilenio opere antes de su horario habitual. En este marco, la discusión no se limita a un solo local sino que apunta a una revisión más amplia de la regulación nocturna, la seguridad de peatones y trabajadores, y la capacidad de la ciudad para garantizar desplazamientos seguros en la madrugada.
«¿Terminar la rumba a las 3am reduce los riesgos? Al contrario, los aumenta, incentiva la ilegalidad y pone en peligro a los usuarios y trabajadores que salen a buscar comida o transporte en la vía pública» – Angélica Lozano, senadora
«Es NECESARIO dar un debate sobre la seguridad en la rumba en Bogotá (sic)» – Angélica Lozano, senadora
La conversación continúa con miras a posibles cambios normativos y de movilidad para la madrugada bogotana. Aunque la propuesta de ampliar el horario ha generado opiniones encontradas, el foco está puesto en cómo equilibrar la vida nocturna, la seguridad de las personas y la eficiencia del sistema de transporte público. En las próximas semanas se espera la presentación de nuevos planteamientos y, quizá, ajustes normativos que definan el pulso de la rumba y la seguridad en la capital.
















