El presidente Gustavo Petro negó haber presionado a la justicia en el caso que involucra a su hijo Nicolás Petro Burgos, tras las críticas de Cristina Plazas Michelsen y en medio de avances en el proceso que incluyeron la aceptación de pruebas. Petro, desde el Palacio de Nariño, afirmó que “no presioné a la justicia” y advirtió que el debate no debe confundirse con una intrusión del poder, señalando que las publicaciones en X y su intervención en el programa Vélez por la mañana forman parte del escrutinio público y no de maniobras políticas. Las referencias al Palacio de Justicia también han sido parte del marco en el que se discuten las decisiones procesales.
En el marco de un caso que investiga lavado de activos y enriquecimiento ilícito ligado a la campaña de 2022, Nicolás Petro Burgos es investigado junto a otros actores. El proceso avanzó con decisiones sobre la aceptación de pruebas, y la defensa sostiene que se ha politizado el juicio para perjudicar a la administración actual. Críticos señalan una tensión entre el Gobierno y la oposición, así como ataques a la prensa y a actores ajenos al ámbito judicial.
Uno de los elementos relevantes es el testimonio de Gabriel Hilsaca, quien afirmó haber entregado 400 millones de pesos en efectivo para la campaña presidencial de Petro, un monto que la defensa considera debe evaluarse en el marco de las pruebas. Asimismo, el contenido del celular de Day Vásquez, exesposa de Nicolás, figura como evidencia contundente en la acusación, según los registros judiciales analizados. El juez Hugo Carbonó ha sido señalizado como la figura clave, habiendo avalado recientemente como prueba declaraciones que podrían influir en el curso del proceso.
La tensión entre la independencia judicial y el poder mediático
La actualidad no llega aislada: el caso se sitúa en un contexto de lavado de activos y enriquecimiento ilícito vinculado a la campaña de 2022, y su manejo público ha encendido un pulso entre el Gobierno y la oposición. Mientras la agenda política se entrecruza con críticas a la prensa, persiste el debate sobre la independencia judicial y la posibilidad de que actores externos al proceso intenten influir en sus decisiones.
«El poder de palacio no se hizo presente en el proceso de mi hijo. No me confundas con otros presidentes, porque no presioné a la justicia» – Gustavo Petro, presidente de Colombia
«En cambio, sí que el poder de los dueños de los medios de comunicación tradicionales ha presionado a la justicia. Ellos, los dueños de los medios, desde su inmensa riqueza y desde sus residencias extranjeras, donde viven, quieren venganza contra el presidente y hasta cárcel para él, porque no soportan que no los deje manejar el país de acuerdo a sus intereses egoístas» – Gustavo Petro, presidente de Colombia
«Hoy no me sorprende que, a pesar de toda la presión que ha metido el presidente Petro en el juicio de su hijo Nicolás, el juez no se haya dejado amedrentar. Bravo juez, bravo Hugo Carbonó» – Cristina Plazas Michelsen, exfuncionaria del gobierno de Iván Duque y activista
«Ayer demostró que todavía hay funcionarios que no se arrodillan ante el poder» – Cristina Plazas Michelsen, exfuncionaria del gobierno de Iván Duque y activista
«Un golpe directo a la estrategia de la defensa, que lleva meses tratando de dilatar el proceso y de excluir las pruebas más contundentes» – Cristina Plazas Michelsen, exfuncionaria y activista
Con estos hechos, la noticia subraya la importancia de vigilar la distinción entre la acción del poder y la injerencia en el ámbito judicial, recordando que un proceso de estas características tiene un impacto directo en la confianza ciudadana y en la percepción de la solidez institucional del país, mientras las piezas del caso continúan moviéndose ante decisiones de los tribunales y declaraciones públicas desde la arena política.

















