Desde La Veintitrés Manizales, este despacho informa que en los primeros siete meses de 2025, 1.630 niñas entre 10 y 14 años se convirtieron en madres en Colombia, una alerta que no debe perderse de vista pese a que la tasa de embarazo adolescente muestra descensos en otros rangos. El análisis, elaborado por el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana y basado en datos oficiales del Dane, contempla antecedentes entre 2008 y 2024 y ofrece un corte sobre el progreso y las persistencias hasta el 31 de julio de 2025.
Entre 2008 y 2024 se registraron 10.786.551 nacimientos en Colombia, de los cuales 94.146 correspondieron a niñas de 10 a 14 años y 2.155.779 a adolescentes de 15 a 19. En 2008, los nacimientos de 10 a 14 años sumaron 6.944 y los de 15 a 19 años 160.478; para 2024 esas cifras descendieron a 3.200 y 64.792, respectivamente. En materia de tasas, la nación situó en 2024 un embarazo entre adolescentes de 15 a 19 años de 30,3 por cada 1.000 jóvenes y una tasa para niñas de 10 a 14 años de 1,6 por cada 1.000. El análisis también identifica variaciones regionales relevantes: los departamentos con las tasas más altas de nacimientos en menores de 20 años son Vichada, con 24,4 por ciento; Guainía, 23,8 por ciento; Magdalena, 22,9 por ciento; y Chocó, 22,5 por ciento, mientras que Bogotá se ubica entre los valores más bajos, con 8 por ciento, seguida de San Andrés y Providencia con 8,8 por ciento, Cundinamarca con 11,3 por ciento y Valle del Cauca con 11,9 por ciento. En 2024, el informe también señala que Bogotá registró 4.525 nacimientos de madres menores de 20 años, un valor de referencia inferior al promedio nacional, que se sitúa alrededor de 15 por ciento. Además, se documentó que el promedio nacional de 2024 para este indicador ronda el 15 por ciento.
El análisis detalla además un dato sensible: las muertes fetales asociadas a embarazos de niñas y adolescentes en 2024 alcanzaron 2.869, de las cuales 238 correspondían a madres de 10 a 14 años. Las causas estuvieron principalmente repartidas entre afecciones maternas, que representaron 69,7 por ciento, y complicaciones perinatales, con 19,7 por ciento. En el marco de la desagregación por edades y tendencias, se destaca que la tasa de embarazo adolescente de 15 a 19 años cayó significativamente desde 2008, cuando fue de 79,7 por 1.000, hasta 2024, cuando se ubicó en 30,3 por 1.000, mientras que la de 10 a 14 años pasó de 3,3 por 1.000 en 2008 a 1,6 por 1.000 en 2024. En 2015, la Encuesta Nacional de Demografía y Salud ya mostraba un mercado de la demografía con 19 por ciento de madres menores de 20 años que no deseaban estar embarazadas en ese momento.
Hallazgos y señales de alerta regionales
El informe subraya que, a pesar de una trayectoria de reducción en nacimientos de menores y adolescentes desde 2013, el fenómeno persiste en varias regiones del país y se concentra desproporcionadamente en escenarios de mayor vulnerabilidad. El incremento observado en los primeros siete meses de 2025, acompañado de las cifras históricas para 2008-2024, refuerza la necesidad de fortalecimiento de la prevención del abuso sexual, el acceso sostenido a métodos anticonceptivos y la educación integral en sexualidad basada en el respeto y el consentimiento, tal como se plantea desde el LEE.
«En Colombia es delito tener relaciones sexuales con menores de 14 años. Aun así, solamente en los primeros siete meses del año se reportaron 1.630 niñas (de entre 10 y 14 años) como madres. Aunque la tasa de embarazo adolescente disminuye, sigue siendo una alerta, y urge fortalecer la prevención del abuso sexual, el acceso a métodos anticonceptivos y la educación integral en sexualidad basada en el respeto y el consentimiento» – Gloria Bernal, directora del LEE
La lectura de estos datos sitúa la realidad en un marco de desigualdad territorial persistente. Aunque existen avances en ciertas regiones, el fenómeno continúa golpeando de forma desproporcionada a territorios como Vichada, Guainía, Magdalena y Chocó, donde las tasas siguen siendo las más altas, y contrasta con ciudades y departamentos con menor incidencia como Bogotá, San Andrés y Providencia, Cundinamarca y Valle del Cauca. Este panorama exige respuestas coordinadas entre políticas públicas, sistemas de salud, educación y protección de derechos para niñas y adolescentes, con énfasis en la prevención del abuso, la educación sexual integral y el acceso real a anticonceptivos, para reducir futuras maternidades tempranas y sus impactos en la vida de las niñas.
