En Santa Marta, Petro exige disculpas por Unión Patriótica y propone constituyente de Gran Colombia

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En Santa Marta, Magdalena, durante la III Cumbre Social de los Pueblos de América Latina y el Caribe, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, dirigió un discurso que entrevera críticas a la política antidrogas de Estados Unidos con reivindicaciones de reparación histórica y una mirada regional ambiciosa. En un momento clave de la jornada, Petro señaló al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, por los bombardeos a lanchas vinculadas al narcotráfico en el Caribe y enfatizó la necesidad de que el Estado colombiano pida perdón a las víctimas de la Unión Patriótica, un episodio que, según cifras oficiales, dejó alrededor de 6.200 militantes víctimas de violencia política. El mandatario también planteó una propuesta para avanzar hacia una constituyente entre los países que formaron La Gran Colombia, como un mecanismo para repensar la integración regional ante los dilemas geopolíticos actuales. Todo ello ocurrió el 8 de noviembre de 2025, en un contexto de pronunciamientos públicos frente a la audiencia de la cumbre.

La intervención de Petro se enmarca en un contexto de debates sobre intervención militar y políticas antidrogas, donde el mandatario insistió en buscar soluciones para frenar el narcotráfico sin recurrir a la violencia. En su discurso abordó también el conflicto en Medio Oriente y comentó que Francia y Alemania condenaron acciones militares en la Franja de Gaza, señalando una percepción de doble rasero entre las potencias ante los conflictos armados. El mensaje del presidente colombiano abundó en la necesidad de enfrentar la indolencia percibida del poder político y del capital frente a las bombas que alimentan esos conflictos. En esa línea, propuso revisar la idea de una constituyente entre los tres o cuatro países que formaron La Gran Colombia, como una forma de reconfigurar la arquitectura regional ante los cambios geopolíticos y sociales actuales.

Una propuesta audaz y una llamada a la reparación histórica

Entre los elementos centrales de su mensaje, Petro dejó claro que la solución al narcotráfico debe pasar por estrategias no violentas y por un marco de cooperación regional que reconozca las víctimas y sus derechos. En ese marco, citó la Resolución y las conclusiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y comentó que, según el fallo emitido, el Estado de Colombia debe pedir perdón a la sociedad colombiana y a las víctimas que sobreviven de la Unión Patriótica, un partido de izquierda que fue gravemente afectado por la violencia política. En su intervención destacó la necesidad de una reparación histórica y de evitar que hechos como esos se repitan.

«Mentiroso Trump y sus amigos. Mentiroso, el señor Rubio no están matando narcotraficantes. Los narcotraficantes han ido a través de sus amigos a través de sus senadores para que nos bombardeen y nos humillen» – Gustavo Petro, Presidente de Colombia

«Yo, por orden de la justicia interamericana, Corte Interamericana de Derechos Humanos, que para la prensa colombiana no existe, ha ordenado a través de fallo que el Estado de Colombia pida perdón a la sociedad colombiana, a las víctimas que sobreviven de un partido que fue asesinado completamente en Colombia, por ser de izquierda, no más, la Unión Patriótica» – Gustavo Petro, Presidente de Colombia

«Aquí, mañana, el presidente de la República de Colombia, cumpliendo el fallo judicial de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a nombre del Estado de Colombia, le pide perdón a toda la familia de los 6.200 militantes del partido de izquierda Unión Patriótica. Y esperó que no se repita nunca más» – Gustavo Petro, Presidente de Colombia

En síntesis, la intervención de Petro durante la cumbre dejó claro su llamado a condenar la violencia, exigir reparaciones y explorar vías de integración regional menos dependientes de tradiciones de intervención y más orientadas a la reparación y la convivencia entre las naciones que alguna vez integraron La Gran Colombia. El discurso cerró subrayando que la lucha contra el narcotráfico debe ser coherente con principios de derechos humanos y con el reconocimiento de las víctimas, un marco que, según sus palabras, debe trascender los intereses políticos y económicos de las potencias y abrir paso a una cooperación más humana y sostenible.

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