El presidente Gustavo Petro acusó este domingo 9 de noviembre de 2025 a Bernie Moreno de promover una supuesta Doctrina Trump para encarcelarlo, y anunció que expondrá el caso ante la Organización de Estados Americanos. La declaración, difundida en dos mensajes en la red X desde Colombia en la tarde, se produce en un contexto de tensiones entre Colombia y Estados Unidos tras sanciones de OFAC y un intenso debate sobre narcotráfico y poder político.
La investigación, publicada por la revista Cambio, se apoya en una fotografía tomada en el Salón Oval de la Casa Blanca y en un supuesto documento que detalla una hoja de ruta en cinco pasos para implementar esa Doctrina Trump. En el expediente figuran asistentes citados como Lindsey Graham y Mike Lee, junto a James Braid y James Blair como funcionarios de la Casa Blanca, y Bernie Moreno señalado como promotor principal de la iniciativa. En el marco histórico de la lucha antiterrorista, desde la década de 1990 ya estaban designados seis grupos colombianos como terroristas, tres de ellos conocidos en ese periodo, y dos organizaciones adicionales fueron agregadas por tensiones bilaterales.
Entre los elementos descritos se señalan la designación de carteles como terroristas, la imposición de sanciones selectivas y la apertura de investigaciones sobre el financiamiento de la campaña de 2022. Petro sostuvo que, de verificarse, el plan perseguiría apresar al presidente colombiano sin delito comprobado y expondría la complicidad entre el narcotráfico y las estructuras políticas tradicionales. Afirmó que el narcotráfico ha asesinado a decenas de miles de militantes de la izquierda en Colombia y que ahora los antiguos aliados buscan reescribir la historia, mientras el pueblo colombiano no permitirá someterse a un chantaje externo.
El mandatario añadió que ni Colombia ni América Latina pueden estar bajo chantaje y que lo que buscan es homogeneizar la región para obedecer a un gobierno que no respeta la soberanía y la democracia. En sus palabras, lo que persiguen no es desmantelar a los carteles, sino asegurar que políticos de la extrema derecha colombiana vinculados a mafias viajen a EE. UU. para intentar deshacerse del gobierno progresista de Colombia. También afirmó que el presidente de Estados Unidos debería evitar este tipo de noticias falsas entre sus asesores y subrayó que su cuenta personal ha sido revisada durante treinta años, demostrando que solo ha vivido de su sueldo. Petro sostuvo, además, que es hora de gritar en todo el mundo ‘Colombia Libre’.
En el marco de estos hechos, OFAC sancionó a Petro y a su familia y a varios colaboradores, alegando investigaciones judiciales y audios sobre presunto financiamiento irregular de la campaña de 2022. Moreno habría solicitado dicha medida al secretario de Estado de Estados Unidos, y el supuesto documento que detalla la hoja de ruta continúa difundido a través de redes y medios de comunicación, basado en la fotografía de la Casa Blanca y en la atribución de la revista Cambio.
La historia se enmarca además en antecedentes: la revelación de la Doctrina Trump por parte de Cambio se ubica en una narrativa basada en una fotografía de la Casa Blanca y un supuesto documento, con asistentes citados como Lindsey Graham y Mike Lee y funcionarios de la Casa Blanca como James Braid y James Blair; Bernie Moreno figura como promotor principal. El hecho llega en un momento de sanciones de OFAC contra Petro, su familia y colaboradores, y de un intenso debate sobre el narcotráfico y las redes de poder político, lo que podría desencadenar una crisis diplomática y posibles medidas tras la reunión anunciada con la OEA.
«Ni Colombia ni América Latina pueden estar bajo chantaje» – Gustavo Petro, Presidente de Colombia
La cobertura que se está construyendo se apoya en dos mensajes difundidos por Petro en la plataforma X el 9 de noviembre de 2025, y en la tesis de que Cambio habría obtenido la información a partir de una fotografía de la Casa Blanca y de un supuesto documento que detalla la hoja de ruta en cinco pasos. El posible efectos diplomáticos de este episodio podrían reconfigurar la relación entre Colombia y Estados Unidos, provocar respuestas en el ámbito multilateral a través de la OEA y avivar un debate público sobre los vínculos entre narcotráfico, poder político y gobernabilidad en el país.
















