El cierre de la cumbre Celac-UE, celebrado el 10 de noviembre de 2025, dejó claro que Nicaragua no acompañó en su conjunto la declaración y que Venezuela se retiró del apoyo. En su calidad de presidencia pro tempore, Colombia trabajó para obtener un balance entre sesenta delegaciones para aprobar el texto conjunto y, a la vez, conservar un párrafo dedicado a Ucrania con objeciones. El vicecanciller Mauricio Jaramillo explicó en una entrevista con Blu Radio las razones de la inconformidad y la complejidad de las negociaciones que permitieron, a pesar de las diferencias, cerrar el documento.
La declaración conjunta de la Celac-UE aborda cooperación en cambio climático, comercio, seguridad y derechos humanos, y reiteró el compromiso con principios democráticos, la paz y la gobernanza global. También se incluyó el respaldo a la COP30, con la confirmación de Brasil como sede de esa cumbre climática, y se discutieron asuntos sensibles como Gaza y Ucrania. Aunque se logró un equilibrio, el resultado no satisfizo por completo los intereses de Venezuela en varios puntos; el propio Jaramillo señaló que no se deben especular sobre los motivos, ya que la presidencia pro tempore respeta la soberanía y los intereses de cada delegación, y que se encontró una fórmula para expresar disenso dentro de la declaración.
Equilibrio negociado entre sesenta delegaciones y disenso contenido
Entre los miembros firmantes, la Celac cuenta con Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago y Uruguay. Por su parte, los signatarios de la Unión Europea incluyen Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, Rumanía y Suecia. En ese marco, el párrafo dedicado a Ucrania se mantuvo, pero con reparos de algunos Estados y con reconocimiento explícito de diferencias entre países latinoamericanos, lo que revela la realidad de un multilateralismo imperfecto.
«Nicaragua decidió no acompañar en su conjunto el texto de la declaración y Venezuela se retiró del apoyo a esa declaración. Hay una diferencia: con Venezuela hubo una negociación compleja. Como presidencia pro tempore, tratamos de encontrar un equilibrio entre sesenta delegaciones, lo que no fue sencillo» – Mauricio Jaramillo, vicecanciller de Colombia
«El equilibrio alcanzado no satisfizo los intereses de Venezuela en algunos puntos. Prefiero no especular sobre los motivos, ya que desde la presidencia pro tempore respetamos la soberanía, los deseos y los intereses de cada delegación, especialmente en los temas sensibles. En ese espacio se abordaron asuntos muy delicados para ese gobierno. Encontramos una fórmula de consenso y también una para expresar disenso, lo que se manifestó en la declaración» – Mauricio Jaramillo, vicecanciller de Colombia
La noticia subraya que la cumbre dejó como enseñanza la necesidad de fórmulas para expresar disenso dentro del multilateralismo, y se espera que aumente la frecuencia de desacuerdos en la región. La próxima reunión de alto nivel entre Celac y UE quedó fijada para Bruselas en 2027, con la COP30 en Brasil como un punto de referencia para la agenda climática y con una mirada atenta a los desarrollos en Gaza y Ucrania. En cuanto a la representación regional, la Celac continúa sumando firmas de países como Argentina, Ecuador, México y Uruguay, mientras que la UE mantiene su lista de miembros que incluye potencias como Francia, Alemania y España, entre otros, lo que denota un marco de alianzas diversas que marcará la próxima década de cooperación.
















