Cepeda denuncia presiones para paralizar al Partido Conservador Colombiano ante elecciones de 2026

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El senador Efraín Cepeda Sarabia denunció este martes presiones internas y externas que amenazan la unidad y la autonomía del Partido Conservador Colombiano, en vísperas de las elecciones de 2026. En una carta fechada el 10 de noviembre de 2025 y dirigida a Nadia Blel, presidenta del partido, Cepeda alertó sobre una ofensiva que pretende paralizar, dividir o fracturar al conservatismo. El documento llega en un contexto en el que el Directorio Nacional Conservador aprobó el calendario de inscripciones el 4 de noviembre de 2025, apenas días antes de que doce parlamentarios solicitaran ampliar el plazo para las precandidaturas hasta el 1 de diciembre, elevando la tensión en torno a la definición de candidaturas y posiciones de cara a las contiendas de 2026.

El texto, difundido a través de redes y difundido entre diferentes corrientes del conservadurismo, señala tres posibles precandidatos y subraya la necesidad de defender la independencia del partido frente a presiones que, según Cepeda, buscan condicionar decisiones y someter la voluntad a intereses ajenos a su historia. Cepeda, quien ha sido presidente del Partido Conservador y del Congreso y figura como precandidato presidencial, ha dejado claro que ha militado treinta y cuatro años en la colectividad y que no dará un paso atrás ante lo que denomina una embestida que intenta mantener al conservatismo paralizado, dividido o fracturado. En ese marco, cita a Juana Carolina Londoño, representante que habría entrado formalmente en la contienda recientemente, y a Felipe Córdoba, excontralor, cuyo nombre ha sido promovido por sectores insatisfechos con las postulaciones iniciales. Añade que no permitirá que fuerzas externas, a las que alude como petristas y “ambiciones oportunistas”, degraden la independencia del partido. La carta también tuvo su proyección en X, donde Cepeda remarcó la intervención de doce parlamentarios en torno a este tema y defendió la necesidad de mantener la coherencia ideológica del conservadurismo ante la proximidad de la cita electoral de 2026.

El pulso interno del Conservador y las rutas hacia 2026

En el marco de un partido que ha seguido tratando de articular una alternativa a la polarización nacional y que ha visto fracciones internas y presiones políticas vinculadas a actores afines al gobierno, Cepeda advierte sobre una estrategia que buscaría dispersar a la colectividad y debilitar su peso parlamentario y presidencial en las próximas elecciones. El episodio se enmarca además en una controversia visible por el cambio abrupto en la decisión del Directorio Nacional Conservador sobre las fechas de apertura y cierre de inscripciones, ocurrido poco después de la votación del calendario el 4 de noviembre de 2025, y que Cepeda describe como una intervención que no fue solicitada formalmente. El relato de Cepeda subraya que esta dinámica podría impactar la viabilidad del partido como referente previo a las elecciones de 2026 y alimenta rumores sobre posibles movimientos internos en busca de una mayor influencia en el proceso de precandidaturas. Entre los nombres que emergen en este escenario figuran Cepeda himself, Juana Carolina Londoño y Felipe Córdoba, quien ya figura como una figura emergente respaldada por un sector disconforme con las postulaciones iniciales.

«Durante treinta y cuatro años he sido un militante leal y comprometido con el Partido Conservador Colombiano. No he sido un acompañante ocasional, sino un servidor constante de su causa, en los momentos de adversidad y en los de victoria. He defendido nuestras banderas, cuando parecía que todo estaba en contra y he celebrado con orgullo los triunfos que juntos alcanzamos» — Efraín Cepeda Sarabia, senador conservador

La lectura de Cepeda recoge un componente de coyuntura que ya ha sido objeto de debate en círculos conservadores: la necesidad de una definición clara que preserve la independencia del partido frente a presiones para definir calendarios, abrir espacios o postular nombres que, a juicio de algunos, podrían responder más a intereses particulares que a la construcción de un proyecto ideológico sólido para 2026. En este contexto, el exmandatario conserva una visión de que el conservadurismo debe resistir la tentación de ceder ante presiones para imponer una lectura unívoca de la realidad y dejar al partido en condiciones de enfrentar un proceso electoral complejo en el que su papel como referente podría verse comprometido.

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