Indumil admite fallas en inventario bélico en Santa Bárbara de Sogamoso y detalla acciones

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Este despacho para La Veintitrés Manizales reconstruye los hechos a partir del comunicado oficial de Indumil y de los informes de la Secretaría de Transparencia de la Presidencia. La Industria Militar, dependiente del Ministerio de Defensa, admitió fallas en el manejo de su inventario de material bélico y detalló las acciones que ha puesto en marcha ante las autoridades tras denuncias de irregularidades, reconocidas por referirse a los años 2022 y 2023 y señalando la planta Santa Bárbara de Sogamoso, en Boyacá, como el escenario de hallazgos de inventario fuera de registro y de material obsoleto que aún permanece en el inventario.

Entre los datos difundidos se señala que la Secretaría de Transparencia informó sobre más de 12.000 elementos fuera de control en la citada planta, incluidos armas, granadas y bombas de aviación. En concreto, se identificaron diez bombas de aviación, con pesos entre 113 y 227 kilogramos (de 250 a 500 libras), algunas con carga activa, fuera del sistema oficial de inventario. También se registraron 502 granadas de 40 milímetros que salieron del inventario sin autorización, y 46 granadas de mortero de 60 mm dadas de baja desde 2022 pero aún almacenadas. Asimismo, se detectaron 7.256 cuerpos de granadas sin trazabilidad ni registro contable, con algunos almacenados durante hasta quince años. Estas cifras, en conjunto, revelan un riesgo real para la seguridad pública y la defensa nacional.

En el comunicado, Indumil sostiene que frente a las publicaciones recientes “frente a las recientes publicaciones sobre presuntas irregularidades en el manejo de inventarios de material bélico en los años 2022-2023, donde aún se encuentra sin definir si hubo alguna sustracción de dicho material o si este se halla almacenado sin haber sido destruido, ya que forma parte del inventario; se mantienen activos de manera diligente, todos los mecanismos de control de inventario y puesto oportunamente los hechos en conocimiento de las autoridades competentes”.

Estas bombas, algunas identificadas como MK-81 y BDU de entrenamiento, “deberían estar bajo estricto control y manejo especializado de artefactos explosivos. Su permanencia sin registro implica un riesgo real para la seguridad pública y la defensa nacional”, según consta en el comunicado.

Contexto y alcance de las pesquisas

Antecedentes: denuncias y hallazgos sobre irregularidades en inventarios de material bélico en Indumil se conocían desde antes, y un informe de la Secretaría de Transparencia advertía sobre la magnitud de los elementos fuera de control en la planta de Sogamoso. Por qué es noticia ahora: la gravedad de los hallazgos obligó a Indumil a responder públicamente y a detallar las acciones que ha implementado ante las autoridades competentes. El caso tiene un claro impacto: podría implicar evaluaciones de posibles sustracciones y la necesidad de controles más estrictos y de la destrucción de material obsoleto, con posibles efectos sobre auditorías y la supervisión de la industria militar.

Datos secundarios: la imagen de referencia muestra la planta Santa Bárbara de Sogamoso almacenando bombas de aviación y granadas sin registro, de acuerdo con hallazgos oficiales. La fuente oficial es la Secretaría de Transparencia de la Presidencia, cuyo informe fue entregado a la Fiscalía General de la Nación. En el contexto institucional, Indumil afirma que mantiene activos de manera diligente todos los mecanismos de control de inventario y ha puesto los hechos en conocimiento de las autoridades competentes.

«Frente a las recientes publicaciones sobre presuntas irregularidades en el manejo de inventarios de material bélico en los años 2022-2023, donde aún se encuentra sin definir si hubo alguna sustracción de dicho material o si este se halla almacenado sin haber sido destruido, ya que forma parte del inventario; se mantienen activos de manera diligente, todos los mecanismos de control de inventario y puesto oportunamente los hechos en conocimiento de las autoridades competentes» – Indumil, en el documento

«Estas bombas, algunas identificadas como MK-81 y BDU de entrenamiento, deberían estar bajo estricto control y manejo especializado de artefactos explosivos. Su permanencia sin registro implica un riesgo real para la seguridad pública y la defensa nacional», según consta en el comunicado

En definitiva, la revelación reaviva el debate sobre la trazabilidad de materiales bélicos y la necesidad de una vigilancia más rigurosa de la industria militar. Indumil sostiene que actuó con diligencia y informó a las autoridades pertinentes, mientras que las autoridades esperan profundizar en la evaluación de posibles sustracciones y en la implementación de medidas de control y destrucción de material obsoleto, con posibles repercusiones para auditorías y supervisión institucional. Este tema continúa siendo objeto de seguimiento por parte de la opinión pública y de las entidades de control, ante la necesidad de garantizar la seguridad nacional y la protección de la ciudadanía.

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