El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo propone elevar aranceles a la importación de vehículos de combustión interna y motocicletas, con gravámenes del 40% y 35% respectivamente, una medida que gremios califican de improvisada y equivocada. La iniciativa se presenta como decreto dentro de la Política Nacional de Reindustrialización y ha sido publicada para recibir comentarios, generando debate entre actores clave del sector. En las funciones públicas involucradas figuran Jaime Cabal, presidente de Fenalco, Diana Morales, ministra de Comercio, Industria y Turismo, y Javier Díaz Molina, presidente de Analdex; todos coinciden en que la medida busca diversificar y sofisticar la matriz productiva colombiana para reducir la dependencia del sector minero-energético y fomentar una producción local con capacidad exportadora.
La propuesta afecta las subpartidas 8703, correspondientes a vehículos de combustión interna, y 8711, a motocicletas, y se tramita mediante decreto como parte de una dinámica de reindustrialización. El argumento oficial señala que la medida pretende incentivar mayor diversificación y sofisticación de la industria nacional, manteniendo, a la vez, exenciones para los países con tratados de libre comercio vigentes, entre ellos Estados Unidos, Europa, Corea, México y Brasil. En el marco de estas cifras, el Gobierno enfatiza que la protección arancelaria ha sido una herramienta histórica desde la década de 1950 para estimular producción local, un contexto que se enmarca en la discusión actual sobre estabilización y previsibilidad de reglas.
Impacto en el mercado y respuestas de los gremios
Según datos de Aconauto y del propio Ministerio de Comercio, el mercado automotor colombiano muestra movimientos mixtos. En octubre de 2025 se reportaron 244 vehículos comerciales de pasajeros vendidos, un incremento del 41% frente a octubre de 2024; y en lo acumulado de enero a octubre de 2025, se alcanzaron 1.836 unidades, frente a 1.391 en el mismo periodo de 2024. En el segmento de motocicletas, las ventas entre enero y octubre de 2025 sumaron 899.095 unidades, con un aumento del 36,5% respecto al año anterior. En cuanto a el origen de los vehículos, Japón se mantiene como principal exportador con 64.050 unidades, seguido por Corea del Sur con 36.009 y Francia con 29.817; el Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT) sirve de contexto para estas cifras. En el universo de marcas, 141 automotores de 12 países están registradas, aunque 21 aún no han importado en 2025. En materia de acuerdos comerciales, los países con TLC vigentes quedan exentos de aranceles, lo que implica que Estados Unidos, Europa, Corea, México y Brasil no serían afectados por la medida.
«improvisada y equivocada» – Jaime Cabal, presidente de Fenalco
«En lugar de emprender iniciativas improvisadas, si Colombia realmente quiere atraer inversión masiva, no solo en el sector automotor, sino en cualquier ámbito estratégico, el Gobierno debería garantizar estabilidad jurídica, reglas claras, estables y confiables» – Jaime Cabal, presidente de Fenalco
«Serán más caros los carros chinos e indios, países con los que no tenemos TLC’s. De Estados Unidos, Europa, Corea, México, Brasil no se afectan, pues tenemos vigentes los TLCs que permiten ingreso con cero arancel» – Javier Díaz Molina, presidente de Analdex
El debate se intensifica ante la posibilidad de que los aranceles encarezcan la importación de vehículos y de motocicletas, afectando a la mayoría de los hogares y a la recuperación del sector automotor. El efecto podría ser mayor para vehículos procedentes de China e India, países sin TLCs vigentes con Colombia. El ejecutivo subraya que la medida se enmarca en una estrategia para fomentar producción nacional con capacidad exportadora, mientras los gremios advierten que la incertidumbre y la desincentivación de la inversión extranjera directa podrían frenar la llegada de capital y debilitar decisiones de inversión locales.
Como contexto adicional, la historia económica colombiana ha utilizado la protección arancelaria desde mediados del siglo XX para estimular producción interna, y la actual propuesta se sitúa en un momento de debate sobre la necesidad de estabilidad jurídica frente a la apertura comercial. Aunque las exenciones para socios con TLC reducen el impacto en ciertos mercados, la medida plantea un dilema entre proteger la industria nacional y mantener la competitividad en un entorno de comercio internacional cada vez más dinámico, especialmente para productos importados de Asia. El gobierno sostiene que la reindustrialización requiere herramientas de protección en ciertos sectores estratégicos, mientras los gremios piden reglas claras y previsibilidad para evitar que el país pierda atractivo ante inversiones y proyectos futuros.

















