Desde La Veintitrés Manizales, informamos que el gas registró una variación anual de 13,28% y se convirtió en el principal motor de la inflación en octubre, según la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). La inflación anual para ese mes se ubicó en 5,51%, mientras que la producción de gas cayó más de 10% respecto a septiembre, en un cuadro marcado por menor oferta local, tensiones en el suministro, precios internacionales elevados y una creciente incertidumbre regulatoria.
La ANH señala que el incremento del precio del gas se acompaña de una caída de la producción, lo que alimenta esa presión inflacionaria. En Colombia, el gas ha entrado al grupo de protagonistas inflacionarios y podría influir en la política monetaria en el corto plazo. El impacto se siente de forma transversal: afecta a los hogares por el costo de la energía para cocinar y calentar, encarece la producción industrial y complica la operación de comercios y el sector agrícola, al elevar los costos en toda la cadena y presionar los márgenes de las empresas.
Detalles y alcance de la subida del gas
Entre los datos clave, aparecen movimientos relevantes en los precios de alimentos como la yuca, que subió 54,5%; el café, con 53,6%; y la panela, con 24,4%, mientras que el tomate cayó 19,6% en el mes y la zanahoria retrocedió 5,9%. En servicios, la recolección de basuras creció 12,34%, el transporte urbano se movió alrededor de 8% y las consultas médicas o pagos en comedores mostraron variaciones cercanas al 8%. En otros servicios, el lavado y planchado de ropa aumentó 10,19%, la peluquería 9,28%, el uso de parqueaderos 9,32% y el entretenimiento en cines y teatros 10,74%.
La reacción sectorial apunta a mayores costos operativos para industrias dependientes del gas, con la necesidad de ajustar precios y la posibilidad de trasladar parte de esa carga al consumidor, lo que podría afectar los precios finales en distintos productos y servicios.
Esta dinámica sitúa al gas entre los protagonistas inflacionarios y refuerza la atención sobre su posible influencia en las decisiones de política monetaria. El fenómeno podría repercutir en hogares, producción industrial, comercio y sector agrícola, y reconfigurar los costos en la cadena productiva mientras persisten las tensiones internacionales y la incertidumbre regulatoria.
















