Una adolescente de 15 años falleció en el sur de Bogotá tras haber sido arrollada por un taxista ebrio; la joven permanecía en estado de muerte cerebral desde el accidente del 9 de noviembre en el barrio Santa Rita, localidad de San Cristóbal, y su fallecimiento fue confirmado el 11 de noviembre de 2025. En el hecho también fueron arrolladas once personas, y el conductor terminó estrellándose contra la fachada de una barbería, dejando consternación en la comunidad de Santa Rita.
El conductor fue identificado como José Eduardo Chalá Franco, de 56 años, trabajador del servicio de taxi. Según las autoridades, perdió el control en una pendiente de alta velocidad, superando los 70 kilómetros por hora, en una zona residencial, lo que provocó que arrollara a 11 personas y terminara su carrera embistiéndose contra la fachada de una barbería. Entre las víctimas se cuentan hermanos de 15 y 7 años, y una madre cabeza de hogar se hallaba entre los afectados. La investigación también indica que el conductor conducía bajo efectos del alcohol, con grado dos de embriaguez, y que tenía antecedentes por comparendos.
La ciudad de Bogotá y la localidad de San Cristóbal, particularmente la comunidad de Santa Rita, viven una visible consternación ante este atropello múltiple. Las fuentes vecinales señalan que el conducto involucrado era conocido en la zona por conductas de ebriedad y por sus antecedentes de comparendos, lo que añade un componente de preocupación sobre la seguridad vial en zonas residenciales. Además de las once víctimas, un menor de menos de siete años continúa en la Unidad de Cuidados Intensivos con pronóstico reservado, lo que subraya la gravedad de la emergencia y el impacto en familias que quedaron marcadas por este suceso.
Consternación en Santa Rita y la búsqueda de respuestas
El desenlace del vehículo dejó claro que la trayectoria terminó al chocar contra la fachada de una barbería, y la investigación continúa para establecer responsabilidades y posibles medidas para evitar que incidentes como este se repitan. En la comunidad persiste la preocupación por conductas peligrosas al volante, especialmente en franjas de tránsito en las que conviven zonas residenciales y peatones, y las autoridades trabajan para reconstruir los hechos con las cámaras de seguridad y los testimonios de testigos.
«No hay declaraciones textuales verificables en el material proporcionado.» – Redacción
Este caso reabre el debate sobre la seguridad vial en la capital y la necesidad de reforzar los controles de alcoholemia y de velocidad, especialmente en arterias cercanas a centros habitados. Las autoridades continúan con la investigación para esclarecer las circunstancias exactas del atropello y para garantizar que las lecciones de este trágico suceso sirvan para evitar futuras consecuencias similares, protegiendo a las familias y a la comunidad de Santa Rita.
















