ANIF advierte que subir el salario mínimo para 2026 podría subir costos fiscales e inflación

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La Veintitrés Manizales informa que la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, ANIF, presidida por José Ignacio López, advierte sobre un posible incremento del salario mínimo para 2026 que, de ser excesivo, podría generar sobrecostos fiscales y mayores presiones inflacionarias, poniendo en riesgo la formalidad laboral y la estabilidad macroeconómica. El análisis, titulado “El costo oculto de subir el salario mínimo”, fue publicado en 2025 y llega en medio de la negociación anual de salario mínimo para fin de año 2025 y 2026. La discusión se desarrolla en Colombia, en la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, cuya instalación está programada para el 1 de diciembre de 2025, y busca evaluar el equilibrio entre el poder adquisitivo de los trabajadores y la sostenibilidad fiscal y macroeconómica del país.

Entre las cifras clave, la entidad señala que el salario mínimo de 2025 registró un incremento de 9,54 por ciento. La inflación al consumidor mostró variaciones relevantes: 4,82 por ciento en junio de 2025 y 5,51 por ciento en octubre, con una proyección de cierre de 2025 en 5,34 por ciento. En el plano productivo, el PIB por ocupado cayó 1,2 por ciento en 2025, mientras que la productividad laboral avanzó 2,2 por ciento. El criterio tradicional para el ajuste del mínimo contempla la suma de inflación y productividad. Actualmente, el salario mínimo sin auxilio de transporte es de 1.423.500 pesos; y un estudio de BTG Pactual, indicado por el economista jefe para la región Andina, Munir Jalil, sugiere un incremento cercano al 7 por ciento, lo que equivaldría a 99.645 pesos adicionales, llevando el mínimo a 1.523.145 pesos sin transporte. Además, se destaca que el aumento del salario mínimo tiene implicaciones para el canal pensional, elevando automáticamente las obligaciones del Estado con pensionados del régimen de Prima Media.

El costo oculto de subir el salario mínimo

El informe sitúa la discusión en un marco macroeconómico en el que BTG Pactual estima un crecimiento de 2025 del 2,6 por ciento, impulsado por el consumo de los hogares, mientras la inversión mantiene un peso menor. Las proyecciones de inflación para 2025, alrededor del 5 por ciento, podrían amplificar los efectos si el salario mínimo subiera a cifras de dos dígitos. En ese contexto, ANIF advierte que superar los fundamentos de inflación y productividad podría traducirse en mayores presiones sobre el déficit fiscal, dificultar la creación de empleo formal y poner en entredicho la estabilidad económica de Colombia.

«La estrechez fiscal exige prudencia en la negociación del salario mínimo. Un aumento desproporcionado no solo podría generar mayores presiones sobre el déficit público, sino también afectar la formalidad laboral e intensificar las presiones inflacionarias», ANIF; «Es fundamental alcanzar un equilibrio entre las aspiraciones sociales y la sostenibilidad económica, especialmente en un contexto de espacio fiscal limitado», ANIF; «La entidad advirtió que superar estos fundamentos podría traducirse en mayores presiones sobre el déficit fiscal, dificultar la creación de empleo formal y poner en entredicho la estabilidad económica de Colombia», ANIF; «un ajuste por encima de este porcentaje podría trasladarse a los precios» — Munir Jalil, economist jefe para la región Andina de BTG Pactual

Antecedentes y contexto: la advertencia de ANIF se apoya en el incremento de 2025 y en la evolución de la inflación y la productividad para configurar la base de la negociación de 2026. La discusión se enmarca en una temporada en la que la Comisión Permanente de Concertación deberá enfrentar, a partir del 1 de diciembre de 2025, el tema del poder adquisitivo frente a las limitaciones fiscales. Entre los impactos potenciales también se evalúan efectos en el Régimen de Pensiones de Prima Media, así como posibles repercusiones en la formalidad laboral y en la estabilidad macroeconómica. A nivel macro, BTG Pactual mantiene proyecciones de crecimiento para 2025 cercanas al 2,6 por ciento, impulsadas por el consumo, con la inversión jugando un papel menor, y las proyecciones de inflación de alrededor del 5 por ciento podrían intensificar impactos si el mínimo subiera significativamente.

En síntesis, la discusión que inicia la Comisión Permanente de Concertación no solo definirá el monto del salario mínimo para 2026, sino que también marcará señales sobre la salud fiscal y la confianza macroeconómica del país. ANIF enfatiza que la prudencia es clave en una coyuntura de espacio fiscal limitado, mientras que BTG Pactual advierte que un ajuste por encima de ciertos umbrales podría trasladarse a los precios, con efectos directos en el costo de vida y en la dinámica de la economía colombiana. La noticia, por tanto, no es solo de cifras, sino de equilibrio entre derechos sociales y sostenibilidad económica, un dilema que Colombia buscará resolver en la próxima instalación de la mesa de concertación.

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