Petro defiende bombardeos a grupos armados en Guaviare y Arauca; critica narcolanchas en Caribe

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Este 15 de noviembre, Gustavo Petro, presidente de Colombia, defendió en su publicación en X los bombardeos dirigidos contra grupos armados en el territorio colombiano y cuestionó los operativos estadounidenses contra narcolanchas en aguas del Caribe. Aseguró que los bombardeos son órdenes suyas y se ejecutan bajo una supervisión estricta que, afirmó, respeta el Derecho Internacional Humanitario, mientras que las lanchas son, según su versión, simples lancheros que no han declarado la guerra y sobreviven en condiciones de pobreza. Los blancos identificados son estructuras armadas declaradas, como el Clan del Golfo y las disidencias de las Farc, y la cooperación de inteligencia con Estados Unidos estaría condicionada a salvaguardar el DIH y los derechos humanos, sin afectar a la población civil. Desde la retomada de la estrategia, se han realizado 12 bombardeos y recientemente se registraron operaciones en Guaviare y Arauca; por su parte, en el Caribe las acciones contra narcolanchas siguen como parte de una ofensiva internacional.

La declaración llega en un contexto de debate sobre la legitimidad del uso de bombardeos para combatir el narcotráfico y la necesidad de distinguir entre blancos militares en DIH y actores civiles. En paralelo, la Casa Blanca envió al Congreso un documento que sostiene que Estados Unidos está “en conflicto” contra organizaciones criminales transnacionales, lo que habilita el uso de fuerza letal. Funcionarios estadounidenses citados por la prensa, como Marco Rubio y Pete Hegseth, han señalado a la ELN, al Tren de Aragua y al cartel de los Soles como responsables de algunos cargamentos destruidos, calificándolos como “las Al Qaeda del hemisferio occidental”. Por su parte, el ministro de Defensa, general (r) Pedro Sánchez, afirmó que ningún ataque habría afectado a personas protegidas por el DIH, aunque no descartó la presencia de menores entre los fallecidos, y subrayó que la cooperación de inteligencia con EE. UU. se mantiene bajo criterios de derechos humanos y del marco del DIH, con un deslinde temporal y posterior flexibilización de los acuerdos.

Petro defiende el DIH y la distinción entre objetivos militares en Colombia y lanchas narco en el Caribe

En su argumentación, Petro sostuvo que “los que caen en los bombardeos de la fuerza pública colombiana tienen ametralladoras, explosivos, fusiles y son organización armada declarada. Son sujetos del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y objetivos de guerra, porque declararon la guerra. Buscan eliminar fuerzas del Estado y civiles indefensos a través de sus armas letales”, dejando claro que los blancos son actores armados y que las operaciones buscan proteger a la ciudadanía. En contraste, aseguró que “lo de las lanchas no son nada de eso, son simples lancheros contratados. No han declarado la guerra a nadie: sobreviven en la pobreza” y afirmó, de forma contundente, que “son ejércitos privados del narcotráfico”. Con ello, remató que “quien se involucra en las hostilidades pierde toda protección, sin distinción alguna.”

«Quien se involucra en las hostilidades pierde toda protección, sin distinción alguna» — Gustavo Petro, Presidente de Colombia

Este giro de la discusión amplía la distancia entre la postura del gobierno colombiano y las operaciones estadounidenses en el Caribe, al tiempo que mantiene la vigilancia sobre dos bombardeos recientes en Guaviare y Arauca que dejaron bajas. A la vez, la dinámica de inteligencia entre los dos países continúa bajo un marco de salvaguardas de derechos humanos y del DIH, con la comunidad internacional observando si la cooperación se mantiene sin erosionar las garantías legales y humanitarias. En el plano político interno, estas declaraciones generan tensiones dentro del petrismo y despiertan respuestas en Washington, donde se defiende la estrategia en el Caribe y se insiste en que las acciones buscan desarticular redes criminales transnacionales, respetando la normativa internacional y los derechos humanos, mientras Colombia continúa enfrentando la presencia de actores armados en regiones como Guaviare y Arauca.

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