La creadora de contenido Cami Pulgarín confirmó haber pasado por una segunda rinoplastia para corregir un tabique torcido. El procedimiento, realizado durante el último año en un centro médico cuyo nombre no ha sido divulgado, tuvo como objetivo combinar funcionalidad respiratoria y estética, y la propia Pulgarín mostró el resultado con la nariz aún vendada. Para respaldar su explicación, la influencer compartió una radiografía del estado del tabique y señaló que el diagnóstico coincidía con la necesidad de una corrección. Pulgarín, conocida por sus parodias del clan Kardashian y por su participación en La casa de los famosos Colombia, primera temporada, también ha iniciado una transición de género durante el último año y documenta ese proceso abiertamente en redes sociales. Su presencia ha fortalecido una comunidad de casi dos millones de seguidores, que ha seguido su evolución con interés y debates sobre los límites de la estética y la identidad.
Asimismo, detalló que la intervención respondió a motivos tanto funcionales como estéticos y que la radiografía fue una de las evidencias que presentó ante sus seguidores. Imágenes tomadas en el centro mostraban una nariz más simétrica y respingada, alineadas con las expectativas que la propia Pulgarín tenía para su aspecto. En su mensaje público recordó que en el pasado había recurrido a dos kilos de contorno, pero insistió en que ya quería «su nariz bonita» y que la cirugía era necesaria para ella. Frente a un ambiente de reacciones mixtas, no faltaron señalamientos de que quizá no era necesario acudir a una nueva rinoplastia, pero Pulgarín defendió su decisión y su proceso de transformación.
La segunda rinoplastia de Cami Pulgarín y su experiencia pública
La noticia no solo destaca el procedimiento en sí, sino también el impacto en su comunidad, que ya suma casi dos millones de seguidores. La influencer ha convertido su experiencia en un referente para procesos de transformación personal en el ámbito digital, documentando ajustes estéticos y su transición de género con una apertura que ha generado tanto apoyo como críticas. Las imágenes de la cirugía y la radiografía del tabique han sido parte de su relato, junto con la narración de que la nariz está en fase de recuperación, con la venda todavía puesta en el momento de la exhibición.
«Bueno, les voy a decir que me operé. Sí, gordos, me operé la nariz otra vez. Esta es mi segunda rino. Y yo sé que van a decir: “Gorda, no la necesitas, que no sé qué”. Bebé, sí la necesitaba. Créeme. Créeme que la necesitaba, o sea, yo porque me echaba dos kilos de contorno, pero yo dije: ‘No, ya quiero mi nariz bonita’» – Cami Pulgarín, Creadora de contenido
«Bueno, y les cuento que yo estoy muy feliz. O sea, se los juro que yo me soñaba mi nariz así. Obviamente, va a haber gente que no le guste, o sea, tú sabes que hay gente fastidiosa. Pero, amores, yo estoy, yo no me creo esa nariz. O sea, yo no entiendo. ¿Estás preparado? Te voy a mostrar ya, te voy a mostrar ya, porque yo sé que tú eres chismoso y te voy a mostrar. ¡Mariqui, estás bien! Gordos, miren esa diferencia, ¿what the fuck? ¡Guauuu! Amo mi nueva nariz» – Cami Pulgarín, Creadora de contenido
En conjunto, el caso de Pulgarín ilustra el fenómeno de figuras públicas que comparten procesos personales y estéticos en plataformas digitales, generando diálogos sobre identidad, comunidad y autoexpresión. Mientras que su historia gana seguidores y se convierte en referencia para muchos, también reabre el debate sobre la necesidad y los límites de intervenciones estéticas en el marco de la búsqueda de identidad y aceptación personal.

















