Desde Manizales, La Veintitrés cubre una noticia clave para la seguridad eléctrica de Colombia: el almacenamiento de energía se posiciona como pieza fundamental para evitar un déficit eléctrico hacia finales de la década. Alexandra Hernández, presidenta ejecutiva de SER Colombia, presentó el papel del almacenamiento y un plan de choque de ocho medidas regulatorias, de las cuales siete cuentan con avances verificables y tres resoluciones en firme para agilizar licenciamiento ambiental de proyectos solares y eólicos, definir convivencias entre renovables y minero-energéticas y liberar puntos de conexión para proyectos con mayor madurez. En un contexto nacional marcado por un crecimiento de la demanda superior a la capacidad de generación y por la intermitencia de las renovables, la discusión sobre almacenamiento y ajustes regulatorios adquiere especial relevancia. La fecha exacta de la convocatoria no está especificada en el material difundido, pero el foco está claro: Colombia necesita soluciones que aseguren estabilidad, confiabilidad y continuidad del servicio.
El plan de ocho medidas regulatorias, elaborado por SER Colombia en coordinación con el Gobierno, contempla avances y líneas de acción en almacenamiento y energía renovable. Siete de esas medidas presentan avances verificables y tres resoluciones en firme para agilizar licenciamiento ambiental de proyectos solares y eólicos, definir coexistencias entre renovables y actividad minero-energética y liberar puntos de conexión para proyectos con mayor grado de madurez. En paralelo, se discuten propuestas normativas en almacenamiento, posibles ajustes en autogeneración remota, cargos por confiabilidad, subastas de contratos a largo plazo e intervenciones en el mercado spot, todo con el objetivo de reducir costos, atraer inversiones y acelerar la transición. Además, Hernández advierte que existen retos fiscales que deberían revisarse en la próxima reforma fiscal o plan de desarrollo para nivelar la cancha y atraer nuevos jugadores al sector. Como referente internacional, se citan ejemplos de California, Texas, Chile y Brasil, que muestran capacidades y porcentajes de almacenamiento utilizados que orientan el debate en Colombia.
El almacenamiento como eje de la seguridad eléctrica en Colombia
La conversación sobre almacenamiento encuentra respaldo en cifras clave: el consumo de energía crece dos veces más rápido que la oferta; la meta global de almacenamiento para 2030 es de 1.500 gigavatios, unas seis veces la capacidad actual; en California, Estados Unidos, las baterías superan los 46.000 MWh, suficientes para abastecer a alrededor de 1,5 millones de hogares por un día; en Texas, el almacenamiento cubre aproximadamente el 2,5% del consumo diario; y en Latinoamérica Chile y Brasil lideran capacidades crecientes, escenarios que Colombia busca replicar para garantizar estabilidad, resiliencia y mayor disponibilidad de energía limpia a lo largo de más horas del día.
«en un contexto donde el consumo de energía crece dos veces más rápido que la oferta, necesitamos soluciones tecnológicas que aporten seguridad, competitividad y continuidad al servicio» – Alexandra Hernández, presidenta ejecutiva de SER Colombia
«Atender a los millones de colombianos que aún no tienen energía ‘es más fácil con renovables no convencionales’» – Alexandra Hernández, presidenta ejecutiva de SER Colombia
«La expansión de la oferta energética vendrá en gran parte de fuentes renovables, y eso es una oportunidad enorme, pero también exige garantizar estabilidad en la red y aprovechar más horas del día esta energía limpia. El almacenamiento es clave para construir un sistema eléctrico más resiliente, confiable y sostenible» – Alexandra Hernández, presidenta ejecutiva de SER Colombia
«Sin duda alguna la regulación debe actualizarse» – Alexandra Hernández, presidenta ejecutiva de SER Colombia
En este marco, la adopción de soluciones de almacenamiento, junto con un marco regulatorio actualizado y el plan de choque para licencias, permisos y puntos de conexión, podría estabilizar la red, atraer inversiones y ampliar la cobertura en zonas con redes poco desarrolladas, fortaleciendo la seguridad energética de Colombia y avanzando la transición hacia un sistema eléctrico más sostenible.

















