La Veintitrés Manizales informa que, en la mañana del martes 18 de noviembre, Álvaro Uribe Vélez lanzó una indirecta contra Gustavo Petro desde su cuenta en la red social X, en respuesta a las acusaciones que Petro dirigió contra su cuñado, Carlos Enrique Moreno Mejía, a quien Petro responsabilizó de presuntos malos manejos en Audifarma. La publicación, realizada desde la cuenta de Uribe, se inscribe en una dinámica de enfrentamiento público entre ambos personajes que se desarrolla principalmente en redes sociales y que mantiene en el centro de la conversación a la familia y las diferencias políticas.
La secuencia de hechos indica que Petro había señalado a Moreno Mejía, cuñado de Uribe, como responsable de irregularidades en Audifarma. Un día después de que Moreno Mejía respondiera a Petro, Uribe publicó la indirecta en X, lo que consolidó una discusión que trasciende a la esfera política y adquiere tintes familiares. La disputa entre la familia Uribe Vélez y Gustavo Petro continúa alimentándose en redes sociales, con ecos entre seguidores y análisis en distintos medios de la región.
La norma familiar como eje de la diatriba
El mensaje de Uribe se apoya en una norma familiar que, según la lectura de la escena política, señala el respeto hacia las familias de rivales políticos y, en la versión citada, también hacia las familias de guerrilleros, paramilitares y otras personas con vidas cuestionables. Este recurso retórico da cuerpo a una estrategia de comunicación que busca legitimar la posición del exmandatario dentro de un marco de educación cívica y solidaridad familiar, incluso ante señalamientos que apuntan a posibles irregularidades en entidades vinculadas a su entorno familiar.
«En mi familia hemos tenido la norma de respetar las familias de rivales políticos, también las familias de guerrilleros, paramilitares, etc.» – Álvaro Uribe Vélez, expresidente
La publicación en X, enmarcada por este contexto, ilustra cómo la discusión sobre responsabilidades y posibles abusos en entidades como Audifarma se mantiene viva en la conversación pública. A través de esa indirecta, Uribe refuerza una narrativa basada en el respeto a la esfera familiar frente a las críticas, mientras Petro continúa enfrentando respuestas desde el entorno de la familia con la esperanza de deslegitimar las acusaciones. El intercambio permanece activo en la escena digital, alimentando un pulso continuo entre dos figuras que, para muchos, simbolizan corrientes políticas opuestas en Colombia.
