El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) anunció una reducción del presupuesto en Colombia del 30% para 2026, acompañado del cierre de sus oficinas en Apartadó y Pasto, la finalización de la subdelegación en Bucaramanga y una reestructuración operativa que implicará la reubicación de sedes y la eliminación de aproximadamente 120 puestos de trabajo, con la coordinación de las operaciones desde Cúcuta y la decisión de Cali de cerrar para abrir una sede en Popayán, una medida anunciada recientemente que busca dirigir las labores hacia las zonas con mayor necesidad ante la disminución global de fondos para la acción humanitaria.
La magnitud de la medida se enmarca en un contexto de crisis humanitaria cada vez más compleja en Colombia. En 2025, el CICR registra 85.000 personas confinadas y 58.160 desplazadas, además de al menos 524 víctimas de artefactos explosivos en los primeros cinco meses del año, con un incremento del 145% en este tipo de víctimas respecto a 2024. Cauca concentra más del 50% de los casos, seguido por Antioquia y Huila; el perfil de las víctimas es mayoritariamente civil, con 56 menores de edad entre los afectados. El desplazamiento crece un 117% frente a 2024, con Norte de Santander liderando con más de 49.800 expulsados y Nariño registrando una caída del 92%. Las zonas de mayor confinamiento siguen siendo Norte de Santander y Chocó, seguidas por Guaviare y Amazonas. Estas cifras subrayan la necesidad de concentrar recursos y esfuerzos en las comunidades más vulnerables, lo que ha motivado la reorientación operativa de la organización.
Contexto y alcance de la medida
Antecedentes y criterios de implementación señalan que la crisis humanitaria en Colombia se mantiene en ascenso mientras los fondos globales para la acción humanitaria siguen en disminución, situación que ha impulsado este ajuste de prioridades y de presencia física de CICR en el país. El anuncio subraya que la reestructuración operativa, la reubicación de sedes y la salida de personal buscarán garantizar una concentración más eficiente de recursos en las zonas donde las necesidades son mayores, sin dejar de lado la protección de civiles y el cumplimiento del derecho internacional humanitario.
el contexto en el que se adoptan estos ajustes es especialmente complejo y doloroso: mientras la situación humanitaria en Colombia se deteriora y las necesidades de las comunidades afectadas por los conflictos armados y la violencia aumentan, disminuyen los recursos globales disponibles para la acción humanitaria – CICR
El CICR también expresó reconocimiento a sus empleados por la labor desarrollada ante estos desafíos crecientes para la acción humanitaria en Colombia, insistiendo en que la reestructuración persigue mantener una presencia operativa responsable y eficaz en las regiones críticas, con la apertura de una sede en Popayán para la zona de Cali como parte de la nueva distribución de sedes y de una estrategia de continuidad de la labor humanitaria en el territorio.

















