Para La Veintitrés Manizales, especialistas consultados por la clínica Medihelp atribuyen el auge global de trastornos intestinales funcionales e inflamatorios a una tríada de factores: intolerancia a ciertos alimentos, estrés crónico e insomnio. El responsable principal de estas afirmaciones es Rafael Carmona, especialista en gastroenterología de Medihelp, quien señala que estos elementos pueden desencadenar desde el colon irritable hasta cuadros inflamatorios, y que la clave está en describir medidas de manejo y vigilar señales de alarma. La información se obtuvo a partir de entrevistas con Carmona y otros especialistas de Medihelp, además de una revisión de la evidencia clínica y de hábitos de vida de los pacientes, con el objetivo de explicar causas y pautas de prevención del síndrome del intestino irritable y su relación con otras patologías.
El tema cobra relevancia por cifras que acompañan la discusión: el síndrome de intestino irritable afecta hasta el 10% de la población mundial, una franja que se repite en distintos reportes y que se traduce en millones de personas que lidian con molestias como distensión, dolor y alteraciones en el tránsito intestinal. Paralelamente, el cáncer colorrectal presenta una magnitud global de aproximadamente 1,9 millones de nuevos casos al año y más de 900.000 muertes anuales, según Globocan. En el ámbito nacional, los registros del Ministerio de Salud (Rips) señalan 51.953 casos prevalentes de cáncer de colon y recto al 31 de enero de 2025. Estas cifras se cruzan con la evidencia de que el estrés está asociado a patologías como la fibromialgia —siete veces más frecuente que en la población general—, además de depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático, mientras que pérdidas de peso superiores a 10 kilos en seis meses sin causa aparente también se mencionan en el contexto de alerta clínica.
La tríada explicativa del SII y su relación con el estrés y la alimentación
En el marco de la revisión, Medihelp enfatiza que el SII no es un simple cuadro aislado, sino una condición cuyo manejo debe contemplar la tolerancia individual a los alimentos, la necesidad de una fibra adecuada y una hidratación suficiente, además de la importancia de la actividad física regular y de técnicas para reducir el estrés, como la respiración y la meditación. En este enfoque, también se contempla, en casos seleccionados, el uso de probióticos y ajustes farmacológicos que ayuden a controlar síntomas y mejorar la calidad de vida. Carmona destaca que el manejo no se limita a tratar el dolor ni la distensión, sino a interpretar el cuadro como una consulta médica prioritaria cuando aparecen signos de alarma.
«Pacientes sometidos a estrés emocional presentan diarrea o estreñimiento, dolor abdominal o intolerancias que antes no tenían. El insomnio y la deuda de sueño desregulan los mismos circuitos y empeoran el cuadro» – Rafael Carmona, especialista en gastroenterología, Medihelp
«la intolerancia a algunos alimentos como el gluten o la lactosa puede causar acumulación o mayor producción de gas, lo que genera malestar y distensión abdominal» – Rafael Carmona, especialista en gastroenterología, Medihelp
«Ajustar la dieta según tolerancia individual, aumentar el consumo de fibra con hidratación adecuada, realizar ejercicio regular, manejar el estrés con técnicas de respiración o meditación y, en casos seleccionados, recurrir a probióticos y ajustes farmacológicos» – Rafael Carmona, especialista en gastroenterología, Medihelp
«no se trata de un cuadro funcional, sino de un motivo de consulta médica prioritaria»
Además, Medihelp sostiene que existen mecanismos compartidos entre estos trastornos: alteración del microbioma, cambios en la permeabilidad intestinal, inflamación de bajo grado y sensibilización neuronal. Este conjunto de procesos se alinea con un patrón contemporáneo que vincula estilo de vida, cerebro y colon, reforzando la necesidad de un enfoque integral que aborde hábitos diarios, salud mental y mucosa intestinal. En ese marco, la prevención de cáncer colorrectal se refuerza mediante la reducción de factores proinflamatorios, la consulta ante síntomas persistentes y la detección precoz de lesiones preneoplásicas, especialmente en individuos con antecedentes o signos compatibles con inflamación crónica o malestar digestivo persistente.
En síntesis, este informe subraya que el SII, la gastritis y los trastornos relacionados con el estrés no se deben ver en forma aislada, sino como una red de factores que emerge cuando el microbioma, la permeabilidad intestinal y la sensitividad neuronal se ven impactados por hábitos de vida modernos. El llamado de Medihelp es claro: ante señales persistentes de alarma, la consulta médica debe ser prioritaria, con foco en prevención y en estrategias de manejo que combinen alimentación personalizada, actividad física, higiene del sueño y técnicas de reducción del estrés para atenuar no solo los síntomas, sino también el riesgo de complicaciones asociadas.

















