Un ciudadano estadounidense fue expulsado de Cartagena tras comer en restaurantes y marcharse sin pagar, alegando no saber hablar español, un episodio que afectó la convivencia en El Laguito. La Policía Nacional lo capturó tras cinco medidas correctivas y fue trasladado al aeropuerto de Cartagena para ser entregado a las autoridades migratorias de Estados Unidos; la expulsión se tramitó bajo el Decreto 1067 de 2015.
Identificado por las autoridades como Emmanuel Hernández, el hombre habría ingresado a la ciudad con gestos para comunicarse y luego se retiró sin abonar consumos que sumaron 380.000 pesos en un restaurante de la Avenida San Martín y 130.000 pesos en el Centro Histórico. Los locales señalan que utilizaba gestos para ordenar y justificaba que no hablaba español. Tras la expulsión, fue puesto a disposición de migración y entregado para el proceso correspondiente ante las autoridades de Estados Unidos.
Convivencia y expulsiones en Cartagena
Migración Colombia ha advertido que ser turista no exime de cumplir la normativa local y que la convivencia se protege con respuestas institucionales contundentes. El caso se inscribe en un contexto de recientes expulsiones en Cartagena, incluido un incidente en las primeras semanas de noviembre con Emmanuel Hernández que puso a prueba la postura frente a extranjeros que vulneran las reglas del país. En todos los casos, la expulsión se tramita bajo el Decreto 1067 de 2015 y, cuando corresponde, con la entrega a las autoridades migratorias de Estados Unidos en el aeropuerto de Cartagena.
“Las puertas de nuestro país están abiertas para quienes respetan la ley, pero ante conductas que vulneran la convivencia, la respuesta institucional será contundente” – Gloria Arriero López, directora de la seccional de Migración Colombia
Emmanuel Hernández, en declaraciones a la prensa, aseguró que no debió reaccionar de esa manera y que está pagando por un error. “Vengo de una familia buena, trabajo duro en los Estados Unidos, viví en Barranquilla de nueve a catorce años. Me considero colombiano, cometí un error y lo estoy pagando con toda mi alma porque aquí está mi familia y estoy muy avergonzado con todo el mundo”, afirmó, reconociendo que lo más doloroso es no poder ver a sus padres en Colombia durante diez años y pidiendo a las autoridades que reconsideren la medición de la prohibición de ingreso. Este episodio refuerza la postura de expulsión contra extranjeros que vulneran la convivencia en el país y subraya el compromiso de Migración Colombia con hacer cumplir la normativa para proteger la convivencia ciudadana.

















