La inscripción de 91 comités significativos de ciudadanos ante la Registraduría Nacional para la Presidencia de 2026 marca un inicio histórico de la ruta ciudadana hacia el poder, pues cada uno de estos comités debe reunir 635.216 firmas válidas, equivalentes al 3% de los votos válidos de la primera vuelta de 2022, con un plazo de entrega fijado hasta el 17 de diciembre para competir en la primera vuelta del 31 de mayo de 2026.
Entre los protagonistas figuran Hernán Penagos, registrador nacional, Iván Cepeda, candidato de la izquierda, y Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, cuyo comité fue rechazado por no cumplir requisitos debido a su participación previa en una consulta partidista. Este mecanismo de recolección de firmas implica un proceso de verificación bajo protocolos de transparencia y abre la discusión sobre definiciones de posibles alianzas políticas, con comités procedentes de diversas regiones del país. En paralelo, las autoridades estiman que se deben revisar alrededor de 59 millones de firmas entre diciembre y enero, un volumen que subraya el carácter complejo y monumental de la tarea. La inscripción también evidencia la diversidad de inscritos, que incluye exministros, exgobernadores, exalcaldes, congresistas y otras figuras públicas en un esfuerzo por ampliar la oferta electoral y diversificar la contienda.
Un hito histórico que redefine el mapa político de la nación
La cifra de 91 comités significativos es la mayor registrada desde la adopción del mecanismo de recolección de firmas para aspiraciones no partidistas, y su ubicación abarca múltiples regiones y departamentos del país. El proceso, que ya ha generado expectativas sobre qué aspiraciones avanzarán a la etapa de validación formal, se desarrolla en un marco de seguridad y observación electoral que advierte riesgos en zonas rurales y en territorios con presencia de actores armados. Iván Cepeda ya figura como una de las referencias de la izquierda, mientras que la centro-derecha y la derecha buscan coaliciones o listas unificadas para enfrentar la oferta de la izquierda y otros nombres emergentes, generando un panorama político dinámico y competitivo. En este contexto, la seguridad del proceso es una preocupación que Penagos subrayó al reclamar garantías por parte del Gobierno y de su cúpula militar para unas elecciones libres y justas.
«La seguridad en Colombia, para unas elecciones libres y justas, debe ser garantizada por el Gobierno nacional a través de su Ministerio de Defensa y su cúpula militar» – Hernán Penagos, Registrador Nacional
En términos de contexto institucional, este ejercicio de recolección de firmas continúa definiendo qué aspiraciones avanzarán a la siguiente fase de validación formal, mientras el abanico de candidaturas se nutre de una mezcla de exministros, exgobernadores, exalcaldes, congresistas y figuras públicas que buscan posicionamiento nacional desde liderazgos regionales. El fenómeno, además, está enmarcado por alertas de observación electoral que señalan riesgos específicos en áreas rurales y en territorios con presencia de actores armados, lo que impone una responsabilidad compartida entre los organismos del Estado para mantener la estabilidad y la transparencia del proceso. Aunque el comité de Daniel Quintero fue rechazado, la dinámica de los 91 comités restantes anticipa una contienda amplia y fragmentada que podría redefinir alianzas y estrategias de campaña en una jornada electoral que, a grandes trazos, se perfila para enfrentar un electorado cada vez más diverso y exigente en cuanto a transparencia y legitimidad.

















