La Veintitrés Manizales, desde Manizales, aborda los datos más recientes del Barómetro Petrolero 2025, elaborado por el Centro Nacional de Consultoría (CNC). El sondeo revela que el 59% de los colombianos está preocupado por un eventual incremento de las importaciones de gas, una cifra que refleja la tensión entre seguridad energética y dinámica de mercado en una nación que enfrenta la transición energética. Esta edición, la más reciente, ofrece un panorama nacional y regional sobre la percepción de gas y petróleo en Colombia.
La encuesta fue aplicada a personas mayores de 18 años en zonas urbanas de distintos municipios y se diseñó con 12 estratos, de los cuales siete son petroleros y seis no petroleros, según la ficha técnica. El estudio persigue medir la percepción pública sobre la importación de gas, el impacto local de la industria y la confianza en instituciones públicas y privadas vinculadas al sector energético en el país.
La percepción varía entre el plano nacional y las regiones estratégicas
Entre las cifras clave destacan que 31% de los colombianos está muy preocupado por estas importaciones, 28% se declara preocupado, 14% poco preocupado, 8% no está preocupado y 18% se mantiene neutral. A nivel nacional, la percepción positiva de la industria petrolera es de 80%, mientras que a nivel municipal la proporción que considera positiva la actividad es de 83%, aunque esa cifra cae cuatro puntos respecto a 2024. En las regiones, Casanare lidera con 88% de apoyo, seguida por Arauca con 87%, Magdalena Medio con 85%, Putumayo con 82%, Meta con 80% y Tolima con 79%, indicadores que señalan cuál es la relevancia regional de la industria.
El Barómetro aborda también el tema del fracking: a nivel nacional, 56% no está de acuerdo con su realización y 28% está de acuerdo; a nivel municipal, 39% estarían de acuerdo y 52% en desacuerdo. En la lectura local, la región y la exposición de comunidades a la actividad son factores que inciden en estas diferencias y alimentan el debate sobre prácticas extractivas y su regulación.
En materia de confianza institucional, el Barómetro muestra variaciones importantes respecto a 2024. Defensoría del Pueblo pasa de 56% a 49%; gremios empresariales de 56% a 47%; empresas petroleras de 48% a 46%; Ministerio de Minas y Energía de 39% a 35%; mientras que la confianza en la figura del presidente Gustavo Petro sube de 34% a 42% en 2025, reflejando dinámicas de aprobación que dependen de la percepción de la gestión y de la comunicación oficial.
El universo de la muestra está claramente definido: 12 estratos, con Arauca petrolero, Casanare petrolero, Magdalena Medio petrolero, Meta petrolero, Putumayo petrolero, Tolima–Huila petrolero y Resto Colombia petrolero como estratos petroleros, y Arauca, Bogotá, Caribe, Centro, Oriente y Pacífico como estratos no petroleros. Este diseño permitió capturar información en zonas urbanas de distintos municipios para entender no solo la opinión nacional, sino también la particularidad regional que influye en la evaluación de la industria y de las políticas públicas asociadas.
En el conjunto de hallazgos, la encuesta muestra un respaldo general a la industria a nivel nacional, sostenido por el 80% de la población, pero un respaldo más modesto en el ámbito local, donde la proporción positiva es del 83%. Estas cifras subrayan la necesidad de adaptar las estrategias de comunicación y de gestión de la desarrollo energético para las comunidades que viven de la actividad y comprender la dinámica de confianza en las instituciones responsables de vigilar y promover una transición ordenada que contemple las realidades regionales.
Para La Veintitrés Manizales, este Barómetro Petrolero 2025 confirma la presencia de una industria energética de gran impacto en Colombia, con regiones como Casanare, Arauca y Magdalena Medio jugando un papel central. Al mismo tiempo, revela la persistencia de tensiones en la transición energética, el debate sobre el fracking y la importancia de la confianza en las instituciones para sostener políticas públicas que integren desarrollo, empleo y cuidado ambiental en cada territorio.
Con este panorama, CNC subraya la necesidad de continuar midiendo estas percepciones y de orientar tanto las políticas públicas como las estrategias de las empresas del sector, con especial atención a las regiones que concentran la mayor actividad y a los temas de seguridad energética, fracking y sostenibilidad ambiental para una gestión integral de la industria en el siglo XXI.

















