El ajuste del salario mínimo para 2026 empieza a perfilarse: Fedesarrollo propone un aumento cercano al 7% y el Gobierno plantea llegar a 1.800.000 pesos; la negociación formal iniciará el 1 de diciembre tras el inicio del proceso el 21 de noviembre, en la mesa de concertación de salario mínimo que convoca a empresarios, trabajadores y Gobierno para trazar un cronograma y avanzar en las propuestas para 2026.
Entre los actores clave figuran Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo; Armando Benedetti, ministro del Interior; el presidente Gustavo Petro y el Ministerio de Trabajo como institución coordinadora. En el marco de estas negociaciones, se analiza la inflación, la productividad, el crecimiento y el mercado laboral para buscar un ajuste «responsable» que proteja ingresos sin desequilibrar la economía.
Propuestas, cifras y horizonte para 2026
La propuesta de Fedesarrollo contempla un incremento cercano al 7%, mientras que el Gobierno ha manifestado la posibilidad de fijar el salario mínimo en 1.800.000 pesos, una subida sustancial frente a la estimación técnica. El salario mínimo actual, sin auxilio de transporte, es de 1.423.500 pesos. Aplicando un crecimiento del 7%, el nuevo mínimo sería de 1.523.145 pesos, con un incremento de 99.645 pesos; si el aumento fuera del 11%, el mínimo quedaría en 1.580.085 pesos, aumentando en 156.585 pesos. En la conversación oficial, 1.800.000 pesos aparece como un techo discutido por el Gobierno ante las condiciones macroeconómicas.
El marco macroeconómico se inscribe en una inflación prevista para 2025 de alrededor del 5,3%, y el ajuste de 2025, que incluyó el auxilio de transporte, alcanzó el 11%. Los impactos de ese incremento se reflejaron en la inflación durante cuatro meses consecutivos y moderaron la reducción de la tasa de interés por parte de la Junta del Banco de la República, un dato que condiciona la discusión de la próxima subida salarial.
«la inflación esperada para 2025 está alrededor del 5,3 %, mientras que la productividad laboral muy probablemente será cercana a cero o incluso negativa» – Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo
Este proceso se enmarca en un contexto económico de menor expansión de la actividad productiva y restricciones fiscales, donde la inflación dejó de caer en los últimos meses. La relevancia de la decisión reside en equilibrar la protección del ingreso mínimo con la estabilidad macroeconómica, y para ello la mesa de concertación evaluará las variables de inflación, productividad, crecimiento y mercado laboral a la hora de aprobar el cronograma y avanzar con las propuestas para 2026. En los antecedentes de 2025 se recuerda el ajuste que incluyó transporte y se sitúa la discusión actual entre la propuesta técnica de Fedesarrollo y los objetivos políticos del Gobierno, con un proceso institucional que exige que la mesa apruebe el cronograma y avance en las propuestas correspondientes.

















