El traslado del Atlético Huila, club de Neiva cuyos dueños guardan lazos con Independiente del Valle, a Yumbo en el Valle del Cauca se habría visto trabado cuando la asamblea extraordinaria de la Dimayor, pensada para formalizar el cambio de sede, fue cancelada ante la oposición de varios clubes. Hace una semana se había anunciado la intención de mudarse y la asamblea, prevista para el viernes 21 de noviembre y que se realizaría de forma virtual, quedó suspendida sin una fecha oficial de reprogramación.
La situación se agrava por el contexto institucional del equipo: la sede actual permanece en Neiva, en el estadio Guillermo Plazas Alcid, que se encuentra cerrado e inhabilitado, lo que añade presión a la gestión deportiva y administrativa. La cancelación de la reunión, con la oposición de 35 clubes afiliados a la Dimayor, abre la puerta a posibles intervenciones municipales o regionales para evitar la marcha y mantiene al Atlético Huila en una incertidumbre que podría afectar su identidad y su historia como club. Mientras tanto, el equipo continúa buscando el ascenso a la Primera División, atrapado en una discusión que trasciende lo deportivo.
Contexto e implicaciones para la sede y la competición
Entre los antecedentes, el Atlético Huila es un club de Neiva fundado el 29 de noviembre de 1990, con dueños vinculados a Independiente del Valle. En su historia ha participado en la Copa Conmebol y la Copa Sudamericana, y sus momentos de gloria incluyen la conquista de la Primera B en 1992, 1997 y 2020. En el ámbito de la Primera A, fue subcampeón en 2007-I y en la Finalización 2009. Además, su equipo femenino, fundado en 2016, se coronó campeona de la Copa Libertadores Femenina en 2018. Este bagaje contrasta con la crisis institucional derivada del cierre e inhabilitación de su estadio, lo que ha incidido directamente en la discusión sobre la sede y la viabilidad de una posible reubicación.
«Se complicó el traslado de Huila a Yumbo» – Felipe Sierra, dirigente
En este escenario, la posibilidad de intervenir a nivel municipal o regional para evitar la marcha del club se mantiene como una carta sobre la mesa, mientras el Atlético Huila continúa persiguiendo su objetivo deportivo de ascenso y la Dimayor se enfrenta a un dilema institucional: formalizar una mudanza que podría redefinir la identidad de una institución con un siglo de historia para algunos de sus seguidores y con una impronta regional muy marcada.

















