A 40 años del Palacio de Justicia, hallan fosa común en Cementerio del Sur de Bogotá

Compartir en redes sociales

Entre el 6 y el 7 de noviembre de 1985, la toma y la retoma del Palacio de Justicia a manos del M-19 desencadenaron una operación del Ejército para recuperar el control, un episodio que dejó muertos y desaparecidos y que continúa dejando preguntas sin resolver al cumplirse 40 años. En ese marco se encontró posteriormente una fosa común en el Cementerio del Sur de Bogotá, donde fueron recuperados restos de desaparecidos; y fue gracias a las fotografías tomadas por los periodistas holandeses Jan Thielen y Harry van der Aart que tres de esas víctimas pudieron identificarse en octubre de 2015, dando un giro humano a un expediente que por décadas estuvo cerrado en parte por la falta de pruebas visuales y documentales.

Entre las personas citadas en este hilo de investigaciones figuran Jan Thielen y Harry van der Aart, a quienes se suman Lucy Amparo Oviedo Bonilla, Cristina del Pilar Guarín Cortés, Luz Mary Portela León, Carmen Cristina Garzón y Mónica Molina Beltrán, así como Rafael Augusto Oviedo Bonilla, hermano de Oviedo Bonilla, y Eduardo Umaña Mendoza, abogado de derechos humanos. En esa revisión, se identifica que las víctimas incluyen también a dos guerrilleras del M-19 cuyas osamentas quedaron al descubierto junto a la historia de las víctimas identificadas. En la documentación y en los testimonios de los reporteros, se revela que las identificaciones se realizaron en gran medida a partir de las imágenes captadas por Thielen y Van der Aart, y que los restos de Oviedo Bonilla estaban contenidos en dos cajas dentro de un depósito de la Fiscalía, mientras que los de Guarín Cortés y Portela León fueron hallados en dos fosas comunes. Los archivos sostienen que, además, los tres fragmentos de médula espinal identificados para la identificación se describían como tapas de botella de refresco, un detalle que da la medida de la complejidad forense de aquel hallazgo. Entre las personas vinculadas por los periodistas figura también Eduardo Umaña Mendoza, abogado de derechos humanos contactado en su momento; su asesinado en 1998 complica aún más el entramado, y se señala que las imágenes fueron enviadas a Ricardo Calderón de Semana para alertar a las autoridades.

Conmemoración y hallazgo de fosas: una memoria que persiste

El hallazgo en el Cementerio del Sur y las identificaciones parciales reabren el debate sobre el alcance de la violencia y el peso de la cobertura periodística en el esclarecimiento de hechos que marcaron a toda una generación. En el recuento de cifras oficiales, se reportaban 94 cadáveres en la Rama Judicial y 95 muertes según la Procuraduría, de las cuales 76 habían sido identificadas; las autoridades militares sitúan el rango de víctimas entre 105 y 115, y se mantiene la cifra de 11 desaparecidos, de los que tres fueron identificados en 2015. Los restos hallados en la fosa incluyen también a dos guerrilleras del M-19, Carmen Cristina Garzón y Mónica Molina Beltrán.

“Estos son esos hijos de puta del palacio” — descripción de la descarga de cuerpos

“Fue muy inesperado lo que vimos ese día. No era la primera vez que veía muertos, ya que habíamos estado informando sobre la guerra en El Salvador. Había visto suficientes personas decapitadas y torturadas allí. Pero, lo impactante ese día en Bogotá fue la forma en que habían arrojado los cuerpos, como si fueran basura” – Harry van der Aart

“Así que era cierto. Siempre supe que había visto a las personas desaparecidas. Pero, por supuesto, no podía estar completamente seguro. Así que solo conté lo que había visto” – Jan Thielen

“Es gratificante escuchar todo esto. Pero, también es muy difícil. Conocí personalmente a guerrilleros del M-19 y a jueces que murieron ese día, así que me resulta muy difícil recordar lo sucedido” – Jan Thielen

Este aniversario no solo conmemora un antes marcado por violencia y conflicto, sino que también subraya la persistencia de un archivo de hechos que siguen sin resolverse por completo. La aparición de fosas, la identificación de víctimas gracias a la labor periodística y la participación de defensores de derechos humanos como Umaña Mendoza dibujan un mosaico en el que las personas, las familias y la memoria colectiva buscan respuestas que todavía están en curso, en un país que atraviesa un proceso de duelo y reconciliación con su historia reciente.

Sigue leyendo