A salvar las posibilidades de un futuro habitable para la humanidad

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Tomado de Noticias ONU

Dirigido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Día Mundial del Medio Ambiente fue establecido por primera vez por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972. Cada año lo auspicia un país diferente, y en este 2024 el anfitrión y organizador es Arabia Saudita

Los ecosistemas de todo el mundo están en peligro. Desde bosques y tierras áridas hasta tierras agrícolas y lagos, los espacios naturales de los que depende la existencia de la humanidad están llegando a un punto de no retorno. 

© PNUMA/Todd Brown .Una mujer ayuda a restaurar tierras degradadas en Ecuador.

Mientras se baten récords de temperaturas y las emisiones siguen aumentando, en este Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio) el Secretario General de la ONU António Guterres expuso en el Museo de Historia Natural de Nueva York la contundente realidad del estado del clima, el gran riesgo que los líderes están asumiendo, y lo que empresas y países -en particular el G7 y el G20- deben hacer en los próximos dieciocho meses para salvar las posibilidades de un futuro habitable para la humanidad. 

“La inacción nos está costando caro, pero las medidas rápidas y eficaces tiene sentido desde el punto de vista económico: cada dólar invertido en restaurar los ecosistemas genera hasta 30 dólares en beneficios económicos”, dijo enfatizando que es necesario aumentar drásticamente la financiación para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse a los fenómenos meteorológicos violentos, proteger la naturaleza y apoyar el desarrollo sostenible.

“Somos la Generación de la Restauración. Construyamos juntos un futuro sostenible para la tierra y para la humanidad”, agrego.

Por eso, el llamamiento que hace el Secretario General de la ONU es a la acción contra la crisis climática. Y por ello este año, el Día Mundial del Medio Ambiente se centra en restaurar las tierras, detener la desertificación y fortalecer la resiliencia a la sequía bajo el lema «Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración». No podemos retroceder en el tiempo, pero sí podemos regenerar los bosques, revitalizar las fuentes de agua y restaurar los suelos. Somos la generación que puede hacer la paz con las tierras. 

Según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, hasta el 40% de las zonas terrestres del planeta están degradadas, lo que afecta directamente a la mitad de la población mundial. El número y la duración de los períodos de sequía han aumentado un 29% desde el año 2000 y, si no se toman medidas urgentes, las sequías podrían afectar a más de tres cuartas partes de la población mundial en 2050.

La restauración del suelo es un pilar fundamental del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), que constituye un llamado a la protección y la revitalización de los ecosistemas en todo el mundo, un aspecto fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En 2024 se celebrará el 30º aniversario de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación. El decimosexto período de sesiones de la Conferencia de las Partes (COP 16) en la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD) se celebrará en la capital saudí, Riad, del 2 al 13 de diciembre de 2024.

Hay que actuar ya

El tiempo se acaba y la naturaleza se encuentra en situación de emergencia. Para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C este siglo, debemos reducir a la mitad las emisiones anuales de gases de efecto invernadero para 2030. Si no actuamos ya, la exposición a aire contaminado aumentará en un 50% en esta década, mientras que los desechos plásticos que fluyen hacia los ecosistemas acuáticos podrían triplicarse para 2040. Pero estas no serán las únicas consecuencias. Le seguirán muchas más. 

Necesitamos una acción urgente para abordar estos problemas apremiantes, haciendo que “Una sola Tierra” y su enfoque sobre una vida sostenible en armonía con la naturaleza sean tan pertinentes como siempre.

Desplazamientos provocados por la degradación

Dorotea, una refugiada de Burundi que, además, es madre autónoma, riega un cultivo de papas cerca del asentamiento de refugiados de Maratane, en Mozambique. El ciclón Gombe destruyó su casa y sus cosechas. ACNUR está apoyando la construcción de albergues más resistentes a futuros fenómenos meteorológicos.
© ACNUR/Hélène Caux

Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIMseñaló que la degradación del suelo afecta de manera directa la vida de las personas y sus medios de subsistencia, amenazando la seguridad alimentaria y del agua y provocando migración y desplazamiento. 

El organismo destacó que, cada año, millones de personas son desplazadas por las catástrofes. En 2023, los desastres provocaron 26,4 millones de nuevos desplazamientos internos. De acuerdo con el Banco Mundial, sin una acción climática y para el desarrollo, temprana y concertada, más de 216 millones de personas podrían convertirse en migrantes climáticos internos en 2050. 

“Urge emprender acciones concretas. La OIM convoca a todos los gobiernos y partes interesadas para abordar la realidad de la crisis climática, brindando soluciones concretas para las personas que ya están en movimiento, para las que desean mudarse y para las que quieren quedarse”, señalaron.

El mar se caliente a velocidad alarmante

El océano se está calentando ahora al doble del ritmo de hace veinte años y se estima que en 2023 se registró uno de los mayores aumentos de temperatura desde la década de 1950, advirtió este martes la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Noticias ONU/Laura Quiñones. Los peces nadan sobre los viveros de coral en el Parque Nacional Corales del Rosario, Colombia.

En su más reciente Informe sobre el Estado del Océano, la UNESCO señaló que, a diferencia de las temperaturas atmosféricas, que tienden a fluctuar, el océano se calienta de forma constante y sostenida.

El estudio, elaborado con la participación de más de 100 científicos de 30 países indica que las temperaturas del océano ya han aumentado una media de 1,45°C y subraya que en el Mediterráneo, el Océano Atlántico Tropical y el Océano Meridional se han hallado puntos en los que el incremento supera los 2°C pese a que el compromiso del Acuerdo de París es mantener el calentamiento global por debajo de los 2 °C por encima de los niveles preindustriales.

La UNESCO explicó que ese calentamiento eleva el nivel del mar en todo el planeta, precisando que las cálidas temperaturas marinas representan el 40 % del aumento global del nivel del mar, y que la tasa de incremento se ha duplicado en los últimos 30 años para alcanzar los 9 cm.

sos/

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