Al Once lo condenaron sus errores 

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Esteban Jaramillo Osorio.

Salida en falso, por el comportamiento en la cancha y la frustración de la derrota. Juego lento, sin ideas, sin recursos técnicos para la elaboración, con futbolistas por debajo del nivel habitual de rendimiento.

Enredado el Once Caldas en las tres fases del juego. No supo defender, crear ni atacar y se sumergió en el laberinto que, con su defensa poblada y agresiva, planteó el Medellin. 

Los goles en contra fueron difíciles de digerir si se analizan las jugadas que los precedieron, desde el comienzo hasta el final de cada una. 

No arrasó el Medellin como se afirma. Ni dio lecciones de futbol. Capitalizó en su resultado, los ingenuos errores del Once Caldas.

Tanto en el primer por la confusión en los rechazos, como en el segundo por la desatención colectiva de los marcajes, la influencia de los defensores fue determinante.

En el trámite general del partido, los jugadores de mejor calidad no lograron dominar el balón, hacerlo suyo y controlar de esa manera, con autoridad, el desarrollo. 

Es referencia directa para Ríos, Alejo Garcia, Patiño,  Barrios y Cuesta. Este último, una rafaga, como siempre, por la banda, pero empeñado, como sus compañeros, en solucionar el enigma del ataque con centros al área, sin claro destinatario.

El partido perdió “el sentido” desde el arranque. No era la tarde, a pesar de la voluntad con que algunos quisieron disfrazar sus opacas presentaciones. Caso típico Mateo Garcia, desbocado, sin pausas.

Fue lento. Con bajas pulsaciones. Sin intensidad con el balón o sin él, algo que ha caracterizado al Once en la campaña.

Por desgracia, cuando se agotaban las balas, llegó el penalti que, revisado en el VAR, no fue sancionado aunque a tenor del reglamento lo era. A esa altura, la única forma de rescatar un punto para hacer digna la tarde. 

A Dayro hay que dosificarle sus fuerzas. Entró poco al área. Pesados se vieron sus botines, pero no era el momento ideal al relevarlo, al igual que a Lucas Ríos, dada la experiencia que aportan. 

Necio es asegurar que fue para refrescar el equipo cuando la necesidad primordial era potenciarlo.

*PD*  Dicho sin broncas, sin rencores, sin predisposición crítica. Si en diciembre se hubiera anunciado la salida del presidente Tulio Castrillón, los hinchas lo hubieran celebrado como regalo de navidad. Pero hoy, se lamenta. Deja el equipo encarrilado. Ojalá haya acierto en su reemplazo.

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