Por ESTEBAN JARAMILLO OSORIO
A propósito de los torrentes refrescantes de futbol que se aprecian en estos días, en torneos internacionales. Con pasión activa. El de las habilidades de figuras consagradas, atajadas milagrosas y goles espectaculares que dan títulos y gloria.
El futbol delirante, que anestesia. Colosos del balón que bailan en el cesped verde, en un encuentro de talento, fuerza, músculo, voluntad y habilidad.
Que se juega con la cabeza y los pies. El mismo que Jorge Luis Borges, galardonado escritor argentino, definió de manera injusta, como “el opio del pueblo”.
El juego hermoso, el placer infinito, la liturgia dominical, que toca las fibras de la sensibilidad personal y colectiva, con caja de resonancia en la radio, en la prensa tradicional, en el mundo virtual y en la televisión.
El futbol como estado de ánimo. El desahogo social, con gritos de gol que se celebran por ricos y pobres, por cuerdos y desadaptados.
Con victorias que unen regiones, explosivo e inspirador.
Con goleadas que sellan un triunfo, que excitan las tribunas y rompen la cabeza de los entrenadores, empeñados en no perder o en no dejar jugar.
Los llaman tacticistas, como a algunos periodistas, que se deleitan manoseando el juego desde mecánicas y movimientos con datos que le quitan la belleza de la esponteniedad.
“La religión dominical” que llamó García Márquez, por su entorno espectacular, el placer de los aficionados rumbo a los estadios, por sus gambetas inerminables, recorridos fulminantes, goles maravillosos y los bailes con el balón.
Por las discusiones permanentes, las polémicas encendidas, en un festival de neofitos y sabihondos, que predican, como única, su verdad.
El futbol que enloquece a los locutores con sus relatos sostenidos y exprime a los comentaristas desbordados en palabras rebuscadas.
El futbol que a tantos nos gusta. El de las modernas narrativas. El del arte de lo imprevisto, de los resultados impredecibles, el de los partdos definidos por goleadas. El que entiende que su máxima expresión está en el gol.
El futbol de las nuevas generaciones de aficionados, que tantas veces “ganan aunque pierdan”.
MI futbol, tu futbol, el futbol que nos gusta.
P.D. Pronta recuperación para Pacho Maturana tras su operación de columna vertebral. Y oraciones y bendiciones para “Sachi” Escobar, afectado por una traicionera enfermedad. ¡Dios los cuide!