Ana del Castillo, la reconocida cantante de vallenato nacida el 9 de abril de 1999 en Valledupar, interrumpió su concierto más reciente tras ser tocada de manera inapropiada en sus partes íntimas por un fan que subió al escenario. La artista, conocida por su personalidad directa, había invitado al seguidor para tomarse una foto juntos, pero el hombre, quien según testigos se encontraba bajo los efectos del alcohol, aprovechó la interacción para realizar un acto de acoso sin consentimiento, lo que llevó a Ana a detener el espectáculo de inmediato y rechazar públicamente la conducta.
Este incidente ocurrió durante una de sus presentaciones habituales, donde la vallenata suele interactuar con su público para generar cercanía, pero en esta ocasión el gesto derivó en una violación de límites personales. Días antes, Ana había participado en el Carnaval Comunal de Magangué junto a Andrea Valdiri, demostrando su compromiso con eventos festivos en la región, y entre sus éxitos más destacados se encuentran canciones como “La cachera”, “El favor de Dios”, “Te amo y te amo”, “Pacto” y “El que la hace la paga”, que han consolidado su carrera en el género.
La reacción inmediata de la cantante
En el momento del hecho, Ana del Castillo expresó su indignación frente a miles de espectadores, enfatizando la importancia del respeto mutuo en sus shows y recordando que acude con amor a compartir con su audiencia. Hasta el momento, no se ha emitido un comunicado oficial por parte de la cantante o su equipo de trabajo, aunque ella misma reiteró en el escenario la necesidad de no abusar de la confianza durante estas interacciones.
«¿Por qué si yo voy con amor a regalarle la foto me vas a agarrar el cul** si yo ni tengo, no joda, viste, ¿se dan cuenta?, no abusen»
Ana del Castillo, cantante
El video del incidente se viralizó rápidamente en redes sociales, desatando un amplio debate sobre los límites entre artistas y público, especialmente en contextos de proximidad como conciertos donde los fans buscan momentos memorables. Este suceso pone en evidencia los desafíos que enfrentan figuras como Ana del Castillo, cuya trayectoria se ha construido sobre una conexión genuina con sus seguidores, pero que ahora resalta la urgencia de protocolos más estrictos para prevenir abusos en vivo.
