Artesanos de La Playa, Rionegro (Antioquia), venden más muñecos de año viejo con figura de Petro

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En la vereda La Playa de Rionegro, Antioquia, los artesanos John James Gallego Aguirre y Libardo Antonio Muñoz lideran la fabricación y venta de muñecos de año viejo artesanales, que miles de personas adquieren para quemar el 31 de diciembre como ritual de despedida del año. Este 2025, las figuras del presidente Gustavo Petro se han convertido en las más demandadas, reflejando la coyuntura política y social del país, con el proceso de elaboración iniciando cada noviembre y las ventas extendiéndose de 7:00 a.m. a 5:00 p.m. en el mismo sector y en la glorieta del aeropuerto José María Córdova.

Estos muñecos se crean de manera completamente artesanal, utilizando hierba, palos, ropa usada y ornamentos, en un trabajo que toma entre dos y tres horas por unidad. Los artesanos producen entre 70 y 100 piezas por temporada, con al menos 100 caras de Gustavo Petro ya listas para satisfacer la alta demanda. Los precios varían según el tamaño y detalle, desde 70, 80, 100 o 180 pesos para los más sencillos, hasta 200.000 o 300.000 pesos para los más elaborados y personalizados.

Una tradición milenaria con raíces críticas

La costumbre de quemar muñecos de año viejo tiene orígenes precolombinos, influenciados por tradiciones europeas como las saturnales romanas y los rituales celtas, y se consolidó en Ecuador a finales del siglo XIX en Guayaquil, inicialmente como medida contra la fiebre amarilla en 1895. En Colombia, esta práctica simboliza la purificación, la transformación espiritual y el ciclo de muerte y renacimiento, permitiendo a la gente criticar figuras políticas según el contexto nacional y despedir lo malo del año que termina.

«La gente llega y dice: ‘queremos quemar este año lo malo que nos pasó, lo bueno que tuvimos’. Con eso despiden el año»

John James Gallego Aguirre, artesano

La demanda ha crecido con los años, y Petro se perfila como el protagonista indiscutido para esta fin de año, superando incluso al año pasado cuando fue el más vendido. «El año pasado el que más se vendió fue Petro y este año… todos buscan a Petro», explica Gallego Aguirre, quien añade: «Yo lo hago por tradición y por darle gusto a la gente». Cabe destacar que la Ley 2.224 de 2022 prohíbe rellenar estos muñecos con pólvora, promoviendo prácticas más seguras en esta celebración ancestral.

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