Héctor Fabio Cano, un taxista de 46 años, fue asesinado a tiros la noche del jueves 11 de diciembre mientras prestaba sus servicios en la Carrera 71A del barrio Alfonso López, en el noroccidente de Medellín. Dos sicarios en motocicleta dispararon múltiples veces contra él y huyeron del lugar, dejando su cuerpo en el asiento del vehículo con el cinturón de seguridad aún puesto. Este crimen se convierte en el octavo homicidio contra un miembro del gremio de taxistas en el Valle de Aburrá durante 2025, con siete casos registrados en Medellín y uno en Bello.
El Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía asumió la pesquisa, identificando en cámaras de seguridad una motocicleta Kawasaki y un Chevrolet Spark gris posiblemente relacionados con los agresores. Equipos forenses inspeccionaron el cadáver y el sitio del crimen, sin que se reporten capturas inmediatas. Cano fue atacado en pleno servicio, lo que resalta la vulnerabilidad de estos trabajadores. En el contexto de la violencia en la ciudad, Medellín acumula 324 homicidios hasta la fecha, un aumento de 16 casos respecto a los 290 del año anterior, con 162 perpetrados con armas de fuego y 115 con armas blancas.
Octavo taxista víctima de la violencia en el Valle de Aburrá
Este asesinato evoca el caso de John Alejandro Osorio Maldonado, otro taxista de 44 años asesinado hace un mes en el barrio El Raizal de la comuna 3 (Manrique) tras un altercado con un presunto jíbaro. En aquella ocasión, fue capturado Alejandro Vidales Mesa, de 22 años, con 200 gramos de marihuana. La serie de ataques contra taxistas subraya una preocupante tendencia en la región.
Hallazgo macabro de dos hermanos con signos de tortura
En un suceso paralelo que agrava el clima de inseguridad, los cuerpos de los hermanos Kevin Alberto Álvarez Mazo, de 25 años, y Camilo Andrés Álvarez Mazo, de 29 años, residentes en el barrio Las Violetas de la comuna 16 (Belén), fueron encontrados el 11 de diciembre cerca de las 7:00 a.m. en la vereda Aguas Frías, corregimiento Altavista, sector La Isla, próximo a la quebrada La Picacha. Los cadáveres presentaban quemaduras en la cabeza y el rostro, bolsas plásticas negras cubriendo sus cabezas y evidentes signos de tortura; uno de ellos tenía un tatuaje visible en la mano. Los hermanos habían salido de su vivienda la noche del 10 de diciembre alrededor de las 9:00 p.m. y perdieron contacto poco después, lo que llevó a sus familiares a reportar su desaparición horas antes del hallazgo.
«Totalmente quemados e irreconocibles»
Habitante del sector
La Policía Metropolitana confirmó la escena tras un aviso de habitantes locales, y Medicina Legal realiza análisis forenses para la identificación oficial y determinar las causas exactas de muerte. Ambos crímenes, ocurridos en las últimas horas, mantienen a las autoridades en alerta mientras avanzan las investigaciones en curso.

















