Faustino Asprilla, el exdelantero colombiano que dejó huella en el Newcastle United, sorprendió al revelar en una entrevista con Sky Sports el pasado 30 de octubre de 2025, tras un emotivo homenaje durante el partido ante el Barcelona en Inglaterra, que llegó a tomar vino antes de su debut con las Urracas porque creía que solo iría a la tribuna a conocer a sus compañeros y ser visto por los hinchas. El entrenador Kevin Keegan lo había invitado con ese propósito inicial, pero todo cambió cuando el equipo perdía 1-0 y decidió meterlo al campo en febrero de 1996.
En esa charla, Asprilla relató cómo vivió los primeros momentos en el club inglés, destacando la sorpresa de tener que cambiarse rápidamente y terminar jugando el encuentro completo, un debut inesperado que marcó el inicio de su paso destacado por el Newcastle United, donde disputó 63 partidos, anotó 18 goles y dio 19 asistencias durante su estancia.
La anécdota del vino y el debut sorpresa
Asprilla explicó que Keegan le dijo inicialmente que solo se cambiara y se sentara en el banquillo para que los aficionados empezaran a familiarizarse con su figura, pero la necesidad del equipo lo llevó a entrar en acción. “Kevin Keegan me dice: ‘Venga, conozca a sus compañeros y para que la gente lo vea’. Entonces, fue todo muy extraño, porque después empezó: ‘Cámbiese, póngase un uniforme y siéntase ahí que no vas a jugar’. Solo para que los hinchas ya empiecen a tener un contacto contigo. Y al final, después de que iba perdiendo uno a cero, me metió a la cancha y terminé jugando el partido. Por eso yo llegué a tomar vino, porque yo pensé que iba a la tribuna”, confesó el colombiano.
“Estuvo complicado porque el primer día cuando ya logro hacer los exámenes médicos y me llevan a almorzar en el restaurante del estadio, por las ventanas que salía el sol, después nieve, después lluvia. Yo sí, pues yo no tenía ni idea, yo decía: ‘¿Dónde diablos estoy?’”
Faustino Asprilla, exjugador del Newcastle United
El clima inglés se convirtió en el principal obstáculo para su adaptación, como lo describió Asprilla al recordar ese almuerzo en el estadio donde el sol dio paso rápidamente a nieve y lluvia, dejándolo desorientado en su llegada en febrero de 1996. A pesar de esas dificultades iniciales, su talento brilló en las Urracas, consolidando un legado que fue celebrado en el reciente homenaje frente al Barcelona.
