La Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, junto con el Gobierno nacional y la Federación Colombiana de Gestión Humana (Acrip), ha dejado claro que el aumento del salario mínimo para 2026 en Colombia no implicará un ajuste automático para los trabajadores que perciben sueldos superiores al mínimo legal, toda vez que no existe una obligación legal que obligue a las empresas a replicar estos incrementos. Para 2025, el salario mínimo quedó fijado en 1.623.500 pesos, incluyendo el auxilio de transporte de 200.000 pesos, lo que representa un alza del 9,5 por ciento respecto a 2024, antes del 30 de diciembre de ese año. Sin embargo, para 2026 no se alcanzó un acuerdo en las discusiones de la Comisión, por lo que el ajuste será definido por decreto presidencial, mientras que las empresas decidirán de manera autónoma cualquier modificación en salarios superiores, basándose en factores como el Índice de Precios al Consumidor (IPC), resultados organizacionales o condiciones del mercado.
Más de dos millones de trabajadores colombianos reciben el salario mínimo mensual, que sirve como piso para una jornada de 46 horas según el Código Sustantivo del Trabajo, pero quienes ganan por encima de este dependerán enteramente de las políticas internas de sus empleadores. En 2025, los salarios superiores al mínimo registraron un incremento promedio del 7,1 por ciento, con el 88 por ciento de las empresas optando por ajustarlos y el 12 por ciento restante absteniéndose. Este promedio se ubicó por encima del IPC proyectado para 2025, que alcanza el 5,2 por ciento. Las variaciones regionales muestran aumentos del 7,2 por ciento en Valle del Cauca y Cundinamarca, 6,6 por ciento en Antioquia y 6,5 por ciento en la Región Caribe, mientras que por jerarquías laborales se observaron alzas del 7,9 por ciento para personal base, 7,4 por ciento para técnicos, 6,9 por ciento para juniors y gerencia media, y 6,7 por ciento para seniors y alta gerencia.
Proyecciones para 2026 y persistente brecha de género
Para 2026, el 77,5 por ciento de las empresas anticipa incrementos salariales, aunque inferiores al 7 por ciento, el 2,2 por ciento descarta cualquier ajuste y el resto aún no lo define, en un contexto donde el salario mínimo podría crecer por debajo de ese umbral. La brecha de género sigue siendo marcada en los promedios mensuales: en alta gerencia, los hombres perciben 43.400.000 pesos frente a 35.900.000 de las mujeres; en gerencia media, 18.200.000 pesos para hombres y 16.800.000 para mujeres; y en personal base, 2.200.000 pesos para hombres contra 1.600.000 para mujeres. Entre los beneficios complementarios destacan las primas extralegales como el 24,9 por ciento de Navidad no salarial, el 20,2 por ciento de adicional en diciembre y el 19,3 por ciento de días extras de vacaciones, además de primas por antigüedad en el 18,5 por ciento de las compañías, más vacaciones en el 17,9 por ciento y prima de junio en el 10,6 por ciento, todo enmarcado en el concepto de salario emocional que incluye bienestar físico y mental.
Factores que determinan los ajustes y pronunciamiento de la Corte Constitucional
Los ajustes en salarios superiores al mínimo se rigen por decisiones empresariales autónomas, influenciadas por políticas corporativas, metas financieras, desempeño individual, el IPC, dinámicas del mercado salarial y negociaciones sindicales, sin un mandato legal expreso ni deber constitucional que obligue a replicar los incrementos del mínimo en las escalas superiores, como ha aclarado la Corte Constitucional. Esta realidad afecta directamente a la mayoría de los trabajadores formales en Colombia, quienes verán sus remuneraciones definidas por la voluntad de sus empleadores más que por una norma imperativa.
La información proviene de la Federación Colombiana de Gestión Humana (Acrip) y la Corte Constitucional, subrayando la necesidad de que los asalariados con ingresos por encima del mínimo estén atentos a las estrategias internas de sus compañías para anticipar cualquier variación en sus sueldos durante 2026.
