La creadora de contenido Baby Demoni, cuyo nombre real es María Alejandra Esquín, murió en circunstancias que la investigación aún esclarece. Según su hermana, Valentina Esquín, la joven había tomado la decisión de dejar a su pareja, Miguel López, conocido como Samor One, días antes de su fallecimiento, información que llega a oídos del público a través de entrevistas y del pódcast Más allá del silencio. Los hechos relevantes se asientan en una secuencia que incluye una cirugía el 9 de octubre y una discusión violenta con Samor One, ocurrida en la casa de la hermana de Baby Demoni en Bogotá, y se extienden a los días siguientes, cuando la familia reporta que Baby Demoni intentó contactar a su hermana el 13 de octubre, mientras la investigación continúa entre hospital y redes sociales/pódcast.
Entre los elementos que componen el relato está la revelación de una ruptura marcada por discusiones y gritos frecuentes, insultos y un empujón durante el altercado del 9 de octubre. También se menciona un audio de la hija de seis años de Baby Demoni que alude a la relación de su madre con Robin Alexis Parra, conocida como La fresa más nea, elemento que ha nutrido el debate público y las publicaciones en redes. A ello se suman las declaraciones de los protagonistas y de terceros en plataformas digitales, con la participación de Rafael Poveda, conductor del pódcast, y la aparición de la figura de Parra en la conversación de apoyo. En medio de este panorama, la familia sostiene que la muerte no se debe al suicidio y que el foco de investigación debe estar en Samor One, a quien señalan como posible responsable ante la evidencia de violencia y control en la relación.
La familia niega el suicidio y exige claridad sobre la responsabilidad de la pareja
Las declaraciones de Valentina Esquín destacan que, si Miguel López hubiera estado interesado en la salud de su hermana o de su sobrina, habría estado desde el primer momento junto a ellos. Señala que, desde que dejó a su hermana en el hospital, él se ha ausentado de forma constante, sin comunicarse ni presentarse, y que ese silencio resulta revelador para la familia. Valentina insiste en que Baby Demoni no mostraba signos de depresión, no estaba medicada ni tenía citas con psicólogos; estaba feliz y concentrada en la cirugía que tanto él esperó, con proyectos a futuro y planes de adquirir un carro y una casa para vivir juntas. La hermana también relata que Baby Demoni tenía la intención de dejar a Miguel y que, pese a las dificultades, la relación había estado marcada por la convivencia y la idea de un proyecto común de vida.
Según Valentina, la pareja había mostrado repetidas veces comportamientos que fortalecían la hipótesis de una relación turbulenta; ella menciona haber tenido discusiones con Miguel el año anterior y que este año se repitió la situación, sobre todo el día de la operación, cuando él habría sido grosero con su hermana. En un intercambio expreso, Miguel López le habría dicho a Valentina expresiones como «Hija de puta. Váyase de mi casa, ustedes nunca han sido bienvenidas acá» y habría ocurrido un intento de menoscabar la dignidad de la familia frente a la hija de Baby Demoni. La tensión escaló con frases como «Deje de tratarme mal enfrente de mi hija» y «Quítese». En este marco, la entrevista y las grabaciones difundidas en redes y pódcasts han marcado la tensión que rodea el caso, mientras que la intervención de Robin Alexis Parra, La fresa más nea, aparece citada en el contexto de una conversación de apoyo y contención hacia las niñas presentes en la casa.
«Creo yo que si él hubiera querido saber sobre mi hermana, sobre su estado de salud o sobre mi sobrina, él hubiera estado desde el día uno con nosotros. Desde que dejó a mi hermana del hospital, él se perdió completamente. Él no apareció, no ha escrito, no ha llamado. No hemos tenido razón de él. Y creo que el silencio que él está brindando deja mucho, mucho más que pensar» – Valentina Esquín, hermana de Baby Demoni
La batería informativa también destaca que la hija de Baby Demoni, de seis años, forma parte del relato por su presencia en los acontecimientos y por el audio que se difundió donde se mencionaría la relación de su madre con Robin Alexis Parra. En paralelo, se señala que el caso cuenta con la participación de Rafael Poveda, conductor del pódcast, y que la figura de La fresa más nea ha aportado al flujo de información y al involucramiento público. Este conjunto de elementos, sumado a la discusión que se da en redes sociales, ha encendido un debate sobre la responsabilidad de las plataformas digitales en la difusión de información sensible y la necesidad de una investigación exhaustiva que permita determinar si la muerte fue resultado de violencia doméstica o un acto autoinfligido, sin cerrar la ruta de investigación en un juicio prematuro.
Este caso, que ya acumula antecedentes de celos, amenazas y violencia psicológica según familiares, ha generado un impacto considerable en la audiencia y en la conversación pública. A falta de conclusiones definitivas, las familias piden justicia y piden que no se cierre la investigación sin una revisión minuciosa de las circunstancias que rodearon la ruptura y la muerte de Baby Demoni, a la vez que exigen claridad sobre el papel de Samor One en los hechos recientes. La historia se enmarca en un contexto más amplio de relaciones públicas y mediáticas, con pulsos entre la vida personal de las figuras involucradas y la atención que reciben a través de plataformas como Instagram, podcasts y entrevistas en vivo.
















