La Junta Directiva del Banco de la República decidió mantener la tasa de interés de política monetaria en 9,25% para octubre y noviembre de 2025, ante una inflación de 5,1% en octubre y con expectativas que siguen persiguiendo la meta del 3%, una combinación que subraya la complejidad de anclar precios y expectativas en la economía colombiana y que llega con especial atención desde Manizales y el resto del territorio nacional.
La decisión toma cuerpo en un escenario en el que el banco central evalúa no solo el comportamiento reciente de la inflación, sino también el debate público sobre un posible incremento del salario mínimo para 2026 por encima del IPC proyectado. En el centro de la discusión están el Gobierno de Gustavo Petro, la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales y el Ministerio del Trabajo, que se preparan para una reunión formal el 1 de diciembre para fijar el nuevo mínimo. El Gobierno ha planteado un aumento de al menos 11%, lo que implicaría un crecimiento real cercano al 6% frente a una inflación que, según el Dane, se mantiene en 5%, además de examinar la productividad que podría no estar creciendo al mismo ritmo. Este marco fiscal se agrava por déficits fiscales descritos como los más altos en 100 años y un abandono de la regla fiscal, elementos que añaden presión a las decisiones de política económica y a la estabilidad macroeconómica que intenta preservar la autoridad monetaria.
La inflación persiste y la conversación sobre salarios define el panorama
Ante este contexto, los datos de inflación publicados por Dane señalan que la inflación anual se mantiene por encima del objetivo del Banco de la República, alimentando la tensión entre esfuerzos para contener precios y la necesidad de ingresos laborales que permitan sostener el consumo y la actividad económica. La inversión de este mosaico de señales inflacionarias y laborales se ha convertido en un eje central para analizar la estrategia de política monetaria y las implicaciones de un incremento salarial significativo para 2026, con posibles efectos en precios, costos para las empresas y la dinámica de la productividad.
«Eso crea problemas en el mercado laboral, crea más informalidad, pero, además, dificulta la tarea del Banco de la República, porque eso también sube de precio», – Juan José Echavarría, exgerente general del Banco de la República
«Si un banco central tiene total credibilidad, anuncia mañana que va a ser 3% la nueva inflación en el futuro y todo el mundo le cree. Los asalariados empiezan a subir los salarios al 3%, los patronos suben los precios al 3% y no cuesta nada bajar la inflación. Pero si el banco no tiene credibilidad, la única forma de bajar la inflación es con menos crecimiento del PIB o con recesión del PIB, y eso es muy costoso», – Juan José Echavarría, exgerente general del Banco de la República
«El Gobierno anunció subir el salario mínimo en mínimo 11%. Eso es un crecimiento real del 6%, porque es 11% contra 5%. frente a una productividad que no está creciendo. Incluso, puede estar cayendo. Es decir, el 11 % que anuncia el Gobierno es altísimo. Eso crea problemas en el mercado laboral, crea más informalidad, pero, además, dificulta la tarea del Banco de la República, porque eso también sube de precio», – Juan José Echavarría, exgerente general del Banco de la República
«Si la productividad aumenta 1%, y la inflación es 5%, entonces es 5 % más 1 %, pero no 11%», – Juan José Echavarría, exgerente general del Banco de la República
«La demanda agregada no depende del salario mínimo, depende del Banco de la República. Si hay un montón de choques de demanda, como el salario mínimo, el precio del café o el precio del petróleo, al banco le toca compensar…», – Juan José Echavarría, exgerente general del Banco de la República
En síntesis, la decisión de mantener la tasa en 9,25% por octubre y noviembre de 2025 llega en un momento en que la inflación persiste por encima de la meta y la discusión sobre un incremento del salario mínimo para 2026 podría introducir presiones adicionales sobre precios y costos laborales. Con la reunión de la Comisión de Concertación programada para principios de diciembre, la economía colombiana, incluyendo a mercados regionales como Manizales, estará atenta a las señales sobre credibilidad, productividad y trayectoria de la inflación que guiarán las próximas decisiones de política económica.

















