Bogotá: Concejal acusa a Petro por defender a Almarales y encubrir la toma del Palacio

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En Bogotá, desde La Veintitrés Manizales, el Concejal Daniel Briceño, de la bancada Centro Democrático, lanzó una reclamación contundente contra el presidente Gustavo Petro. Briceño afirmó que Petro admira a Andrés Almarales y que intenta encubrir la verdad sobre la toma y retoma del Palacio de Justicia, sosteniendo que Almarales fue un asesino. La declaración, publicada en redes sociales, se enmarca en la memoria histórica de un episodio que dejó más de 100 víctimas entre guerrilleros, civiles, magistrados y fuerzas de seguridad, ocurrido los días 6 y 7 de noviembre de 1985 en el Palacio de Justicia de Bogotá. En el relato de Briceño, la figura de Almarales está conectada con la defensa de ese ala guerrillera y con una supuesta tentativa de convertir la memoria del episodio en una justificación para proteger a quienes lo lideraron, mientras la discusión pública continúa dividiendo a la opinión sobre lo que ocurrió entonces. Según el material disponible, la dirigencia de la operación habría estado a cargo de Almarales y Luis Otero Cifuentes, con el objetivo de someter al presidente ante la Corte Suprema de Justicia.

El propio Petro respondió en público defendiendo a Almarales y negando cualquier implicación de su persona en la muerte del magistrado Manuel Gaona Cruz. El mandatario ruso, perdón, el presidente, sostuvo que existen testimonios de sobrevivientes que señalan que Gaona y Carlos Horacio Urán salieron de la escena cuando el Ejército se aprestaba a tomar un baño donde, según la versión de la defensa del M-19, Almarales y sus acompañantes permitieron la salida de civiles, principalmente mujeres, sin municiones, con la expectativa de morir sin ser capturados. Petro afirmó que el insurgente fue ultimado en ese baño y sostuvo que no quedó ningún combatiente del M-19 con vida allí, palabras que ha repetido en actos públicos y que contrastan con otras versiones oficiales sobre la manera en que ocurrieron los hechos.

La memoria histórica en disputa

Contextualmente, la toma y retoma del Palacio de Justicia dejó claro que Andrés Almarales era dirigente del M-19 y que la tragedia —con más de 100 muertos— marcó de forma indeleble a la historia colombiana. La Comisión de la Verdad, vinculada a la Corte Suprema de Justicia, ha señalado la responsabilidad del M-19 en la muerte de varios magistrados y civiles, lo que engrandece la controversia actual cuando actores políticos vuelven a discutir el relato de aquel periodo. Por qué es noticia ahora: la discusión pública en redes entre Briceño y Petro sobre la figura de Almarales y la interpretación de los hechos reaviva el debate sobre la memoria histórica del episodio y expone tensiones entre el gobierno y la oposición en torno a investigación, verdad y memoria.

«Almarales fue un asesino, un traqueto y un terrorista. Petro admiraba tanto a ese delincuente que se cambió el alias de ‘Aureliano’ por el de ‘Andrés’ en honor a Almarales. Por eso Petro quiere tapar la verdad sobre el magistrado (Manuel) Gaona. Porque es admirador de un asesino» – Daniel Briceño, Concejal de Bogotá, Centro Democrático

Además, las narrativas que acompañan cada versión del conflicto incorporan detalles que han sido fuente de debate. «Dicen los testigos que sobrevivieron en la toma y retoma del Palacio de Justicia, que Gaona y Carlos Horacio Urán salieron mientras el Ejército se aprestaba a tomar el baño dónde Almarales y sus compañeros habían dejado salir a todos los civiles, la mayoría mujeres, y se aprestaban, sin municiones, a morir; sabían que no serían capturados», afirmó Petro, quien añadió que el insurgente fue ultimado en ese baño. En continuidad con esa línea, Petro sostuvo categóricamente que «no quedó ningún combatiente del M-19 en ese baño, vivo».

«Dicen los testigos que sobrevivieron en la toma y retoma del Palacio de Justicia, que Gaona y Carlos Horacio Urán salieron mientras el Ejército se aprestaba a tomar el baño dónde Almarales y sus compañeros habían dejado salir a todos los civiles, la mayoría mujeres y se aprestaban, sin municiones, a morir; sabían que no serían capturados», dijo Petro, que afirmó que el insurgente fue ultimado en el baño.

«No quedó ningún combatiente del M19 en ese baño, vivo» – Gustavo Petro, Presidente

En suma, este cruce de versiones no solo reaviva la polémica política, sino que también reabre la discusión sobre la memoria histórica de aquel episodio y las responsabilidades que deben esclarecerse. La polarización entre quienes buscan una reconstrucción más detallada de los hechos y quienes observan con cautela las declaraciones recientes plantea un reto para la sociedad colombiana: cómo recordar un trauma colectivo sin erigir mitos ni simplificaciones y a la vez avanzar en una verdad que permita comprender mejor los hechos de esa década turbulenta.

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