Bogotá: Emberá podría ocupar espacio público; Distrito afirma haber cumplido acuerdos

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La comunidad Emberá de Bogotá podría retomar la ocupación del espacio público de la ciudad, ante movimientos de familias desde alojamientos temporales hacia el Parque Nacional, mientras el Distrito afirma haber cumplido los acuerdos y mantiene un diálogo cercano con las familias afectadas. Este escenario se agrava luego de un intento de reocupación por un grupo de más de 30 personas en el Parque Nacional el 22 de octubre, que ha encendido las alertas institucionales y puesto a prueba la coordinación entre las autoridades y las comunidades Emberá.

Los antecedentes muestran que, en 2024, 156 familias Emberá regresaron a la ciudad como parte de acuerdos de retorno; cinco de los siete giros realizados correspondían a ese periodo para cubrir a esas familias. En septiembre de 2025 se llevó a cabo un segundo retorno, con la participación de más de 1.400 personas y con apoyos orientados a la sostenibilidad en el territorio. El Distrito ha mantenido a disposición herramientas como la Ruta de Integración Local y opciones de arriendo temporal para quienes no participaron en los giros, además de un acompañamiento en territorio y una socialización interinstitucional para coordinar las reubicaciones y garantizar derechos. Según la administración, la responsabilidad de la reubicación recae en el Gobierno nacional a través de la Unidad para las Víctimas, y se ha trabajado de forma conjunta para asegurar el seguimiento y la promoción de derechos en este proceso.

El retorno Emberá en Bogotá: entre acuerdos y tensiones

La Secretaría de Integración Social, la Unidad para las Víctimas, la Alcaldía de Bogotá, Isabelita Mercado, Consejería para las Víctimas, Paz y Reconciliación de Bogotá, y el Gobierno nacional participan en un marco de socialización interinstitucional orientado a ajustar y hacer operativos los acuerdos de retorno. En el detalle de la semana del 8 al 11 de septiembre de 2025, más de 1.400 personas participaron en el retorno y recibieron apoyos para la sostenibilidad en el territorio, según las propias crónicas oficiales, mientras que otros grupos que no aceptaron las alternativas ofrecidas —como el arriendo temporal o la Ruta de Integración Local— siguieron buscando opciones distintas. Este tejido de acciones demuestra la voluntad de las autoridades de evitar la ocupación irregular de espacios públicos, pero también revela diferencias sobre las garantías y las rutas de reubicación que deben resolverse para evitar tensiones reiteradas con la comunidad Emberá.

«Bogotá aclara que no solo ha cumplido los compromisos adquiridos, sino que ha hecho seguimiento constante y articulado con el Gobierno Nacional para apoyar a quienes retornaron» – Isabelita Mercado, Consejería para las Víctimas, Paz y Reconciliación de Bogotá

Con todo, el panorama continúa en revisión: la administración insiste en que ocupar el espacio público o bloquear la institucionalidad no es el camino, y que la gestión y el seguimiento oportuno deben prevalecer para garantizar derechos y la convivencia en un marco de democracia y diálogo. Se mantienen las visitas en territorio y la continuidad de las rutas de acompañamiento para quienes optaron por permanecer en sus lugares de origen, con el objetivo de fortalecer la integración y la seguridad de las comunidades Emberá en la ciudad.

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