La Secretaría de Educación del Distrito de Bogotá expidió la resolución 2433 del 27 de octubre de 2025, mediante la cual se establece el calendario académico para el año 2026 en los colegios oficiales de la capital, abarcando los niveles de educación preescolar, básica y media. Este acto administrativo oficial ordena la prestación del servicio educativo en instituciones públicas y define con precisión los tiempos académicos y administrativos, con el inicio de clases programado para el 26 de enero y el cierre el 29 de noviembre de 2026, beneficiando a estudiantes, docentes y directivos de estos establecimientos.
El calendario cumple cabalmente con el número de semanas exigidas por la normatividad vigente e incorpora periodos de receso para los estudiantes, como el de mitad de año del 22 de junio al 6 de julio, así como los correspondientes a Semana Santa y octubre. Además, prevé cinco semanas institucionales dedicadas exclusivamente a la planeación, evaluación, formación y ajuste pedagógico por parte de docentes y directivos, distribuidas en dos durante enero, una en abril, otra en octubre y la última en diciembre, sin asistencia de los alumnos. En cuanto a la matrícula para la primera infancia, esta se mantiene flexible durante todo el año: para niños de 0 a 3 años en los jardines de la Secretaría de Integración Social, y de 3 a 5 años en los colegios oficiales.
Organización oportuna para la comunidad educativa
Este nuevo calendario no solo estructura el año lectivo en los colegios oficiales de Bogotá, sino que también proporciona claridad en los periodos de desarrollo académico y descanso, facilitando la planificación para toda la comunidad educativa involucrada en estas instituciones públicas.
“este calendario permite la organización oportuna del servicio educativo y brinda claridad a toda la comunidad educativa sobre los tiempos de planeación, desarrollo y descanso del próximo año”
Secretaría de Educación del Distrito
La resolución, emitida por la Secretaría Distrital de Educación, representa un paso clave para garantizar la continuidad y calidad del servicio educativo en la capital, afectando directamente a miles de familias bogotanas que dependen de los colegios oficiales para la formación de sus hijos.

















