Desde la redacción de La Veintitrés Manizales, reportando desde Bogotá, se confirma que Gustavo Petro respondió a Sergio Fajardo tras este defender su ingreso a la Lista Clinton/OFAC, señalando que la inclusión obedece a oponerse a las tiranías que asesinan pueblos y no a vínculos con el narcotráfico. El episodio ha encendido un debate sobre sanciones y relaciones bilaterales y se desarrolló en la Plaza de Bolívar, donde miles de ciudadanos se concentraron para escuchar el discurso del presidente; la discusión también se expandió a través de publicaciones en X y de una entrevista radial con La FM que permitió ampliar las versiones de los protagonistas.
La defensa de Fajardo, exalcalde de Medellín y precandidato presidencial para las elecciones de 2026, buscó calmar las aguas al afirmar que no cree que Petro sea narcotraficante ni que esté involucrado en actividades ilícitas. En la Plaza de Bolívar, escenario de la jornada, Fajardo enfatizó que “Se debe tener inteligencia para cuidar al país, y eso no se hace gritando, escribiendo en redes o insultando, sino pensando con prudencia y diplomacia, y no enviando mensajes a las 3:00 a. m., peleando con los demás”.
En medio de la conversación, Petro negó cualquier vínculo financiero con Estados Unidos y reiteró que no posee cuentas ni intereses en el país norteamericano: “No tengo un dólar en los Estados Unidos, no hay ninguna cuenta que congelarme”. También explicó que su inclusión en OFAC respondió, según él, a denuncias sobre la supuesta introducción del software Pegasus en Colombia, adquirido a través de una empresa internacional, un argumento que alimenta la lectura de un conflicto político que trasciende lo personal y se vincula a tensiones tecnológicas y de seguridad regional.
Diplomacia y presión internacional en escena pública
La jornada mostró un escenario de alto voltaje diplomático: el acto contó con la presencia de ministros y una multitud que portaba banderas y carteles vinculados a llamados a la paz, en un marco que, para analistas, subraya la polarización y la relevancia de las sanciones estadounidenses en la política interna colombiana. Petro insistió en que la sanción no afecta su vida cotidiana y defendió su postura frente a lo ocurrido, mientras que las declaraciones de Fajardo y la cobertura de X y La FM amplificaron el alcance del debate sobre la relación bilateral con Estados Unidos y la lucha contra el narcotráfico a nivel regional.
«Me parece bien de Sergio Fajardo, un hombre decente. No me incluyen en la lista Ofac por narco, que detesto, me incluyen porque me opongo a las tiranías que asesinan pueblos» – Gustavo Petro, presidente de Colombia
En el marco de este choque público, el Gobierno y analistas destacan que la sanción de OFAC, aunque controvertida, no modifica la vida financiera de Petro; él mismo ha insistido en que no hay cuentas congeladas ni operaciones en EE. UU. y ha vinculado la medida a una narrativa de presión internacional que, según sostiene, busca limitar su capacidad de acción política. El episodio, que se remonta a una acción tomada durante la administración de Donald Trump, mantiene su vigencia en la agenda, alimentando debates sobre Pegasus, la seguridad cibernética y las dinámicas entre actores políticos y fuerzas externas.
















